Carl Sagan dijo: "Yo no quiero creer. Yo quiero saber", "Lo bueno es que si algo es cierto lo seguirá siendo mañana, y la verdad aguantará todas las pruebas."
¿Y está tan claro que el hombre tiene el potencial de conocer y no sólo de creer?
Es algo corriente hoy día presuponer esa capacidad de conocimiento al hombre como algo evidente; algo tan evidente que ni siquiera nos hace merecer un momento de reflexión: de hecho, ahí tenemos la ciencia, ¿verdad? ¿Cómo vamos a dudar de su posibilidad?
Y sin embargo, sí que podemos dudar de que cualquier "conocimiento" científico no sea más que una creencia más o menos probable del funcionamiento del mundo. Es factible dicha duda a pesar de la ciencia, y de hecho, es un debate abierto desde hace siglos. Un debate que tomó su máxima expresión con David Hume y que, por mucho que nos pese, y aún después de Kant, todavía sigue abierto.
Si algo es cierto, se dice, lo seguirá siendo mañana...pero el mañana, las experiencias del futuro, no están todas a nuestro alcance...siempre habrá una indeterminación sobre el comportamiento futuro del mundo. Como diría Hume, la seguridad que se le otorga a una afirmación científica, se basa únicamente en el hábito de haberse observado innumerables veces su confirmación experimental...pero eso es todo: creemos en esa afirmación por el enorme grado de probabilidad alcanzado.
El haber observado una relación determinada en el mundo muchas veces, hace que nuestra mente tienda instintiva y espontáneamente a otorgar la certeza a la misma. Nuestra mente funciona así, porque así es como la evolución la ha moldeado; pero esa tendencia natural no es suficiente para legitimar la inducción sobre un conocimiento del mundo: ya sea conocimiento vulgar o científico.
Y es que, por poco intuitivo que suene; el haber observado un trillón de veces cumplirse, por poner un ejemplo, la segunda ley de la termodinámica, no es razón suficiente para asegurar la necesidad ni la universalidad de ese comportamiento natural...mañana mismo podría ocurrir que el mundo comenzara a comportarse de otra manera...
Y seguramente cueste aceptar esto que digo, pero piensa: ¿cómo me podrías justificar formalmente que cualquier conocimiento que se de por cierto hoy, mañana no dejará de serlo? ¿cómo justificar, pues, que el hombre es capaz de llegar a conocer?
Por cierto que Kant hizo un gran intento de justificación con su propuesta de que poseemos estructuras puras "a priori", independientes de la experiencia, las cuales otorgarían la facultad de dar legitimidad a la necesidad y universalidad a nuestras afirmaciones científicas. Pero para nuestra desgracia, hoy día comprendemos que esas supuestas estructuras "innatas a priori", son sólo a posterioris evolutivo, y por lo tanto también dependientes de la experiencia:
Así que Kant investigó las formas a priori de la experiencia posible pero, si estas formas son necesarias para el conocimiento humano. ¿de dónde proceden? A esta pregunta, que no fue contestada por Kant, responde K. Lorenz en su artículo «Kants Lehre vom apriorischen im Lichte gegenwártiger Biohogie»”: «Cuando se conocen los modos de reacción innatos de los organismos humanos salta a ha vista, con evidencia extraordinaria, ha hipótesis de que lo “apriorístico” se basa en especializaciones hereditarias, ya filogenéticas, del sistema nervioso central, las que han sido adquiridas precisamente en la evolución de las especies y que determinan disposiciones congénitas, que obligan a pensar en formas determinadas. Hay que tener bien presente que esa concepción de lo “apriorístico” como órgano implica la destrucción de su concepto: algo que ha surgido en la adaptación filogenética a las leyes del mundo exterior natural tiene, en cierto sentido, un origen a posteriori, aun cuando este origen haya seguido un camino distinto al de la abstracción o al de la deducción a partir de experiencias pasadas».
Y es que parece que la moderna epistemología evolutiva termina con cualquier esperanza de que seamos capaces de alcanzar el conocimiento. El tiempo parece haber dado la razón a las propuestas empíricas de Hume...lástima que a pocos les importe este hecho y se conformen con dar por buena la injustificada creencia de que el mundo futuro se seguirá comportando como el mundo pasado lo ha hecho.
Porque este es el verdadero escepticismo. Está bien dudar de los conceptos metafísicos tradicionales, pero también debemos replantearnos la seguridad en tus afirmaciones presentes sobre el mundo, porque también son en cierto modo metafísica...metafísica respecto del mañana.
Un cordial saludo.
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