miércoles, 17 de julio de 2019

Sobre la automatización del trabajo y la renta básica universal...que no llegará tan fácilmente

¿Quién decía que los impuestos de las grandes tecnológicas iban a servir para pagar las pensiones y la futura renta básica universal (tras la automatización de los puestos de trabajo)? Pues va a ser que no (al menos, no por las buenas). La cuestión es que los dueños de las máquinas son empresas...que pertenecen a países, que quieren que todos los beneficios posibles de sus empresas de origen vayan a parar a las arcas de su propio estado, y no a las arcas de los estados donde sus empresas operan, fabrican, o venden.
Se ve venir un futuro no demasiado lejano donde habrá una lucha brutal por conseguir que las grandes empresas extranjeras con una automatización cada vez mayor paguen más y más impuestos, mientras que estas empresas con su séquito de abogados luchará con todo su arsenal legal (y de lobby) por lo contrario (con el apoyo además del país de origen de la propia empresa: como demuestra la noticia de entrada). Teoría de juegos en acción, para variar. Es muy ingenuo pensar que las grandes tecnológicas van a soltar dinero a raudales así porque sí.
Por ejemplo, si una empresa se deshace del importante coste de la mano de obra de un humano es en busca de maximizar beneficios...pero si luego se pretende que pague muchos impuestos extras por esta automatización (en teoría tantos como para compensar con rentas universales la pérdida salarial de los desempleados) los beneficios dejarían de maximizarse (y podrían incluso descender según sea la exigencia en impuestos). Pero la idea de comprar máquinas inteligentes pierde entonces todo su sentido (que siempre es y será maximizar el beneficio empresarial).
Por lo tanto, la automatización masiva de las próximas décadas por parte de las grandes tecnológicas (de todas las grandes empresas en realidad) va a ir unidad a una importante ingeniería empresarial por pagar LO MÍNIMO mínimo posible en impuestos para así maximizar (esencia de toda empresa capitalista) el beneficio neto tras la inversión en esas máquinas que sustituyan al hombre.
Y para los incrédulos que sueltan lo mismo de siempre: "¿entonces quién comprará sus productos?" Pues la respuesta es más sencilla de lo que parece: lo comprará el 30 ó 40% de personas que retengan algún puesto de trabajo no automatizado en el sector privado (y los pensionistas y funcionarios públicos). Las ventas netas van a bajar por supuesto (debido principalmente a la precariedad económica del 50% de desempleados de larga duración que existirá)...¡pero el ahorro en el coste de la mano de obra humana (el coste más grande con diferencia dentro de cualquier empresa) supondrá que el beneficio se maximizará a pesar de esta bajada de ventas! Y repitamos una vez más: el objetivo de cualquier empresa es maximizar el beneficio neto ¡NO maximizar las ventas! (como diría Antonio Recio: "es de primero de mayorista" :P).
Para que se entienda con un ejemplo muy ilustrativo (aunque sea poco exacto numéricamente, da igual): desde el punto de vista empresarial los accionistas (y los dueños en general), estarán más contentos si se venden 25.000 coches al año (a esa clase media-alta, alta, y pensionista-funcionaria restante -la mitad de la población aproximadamente-) con un margen de beneficio (gracias a evitar el ENORME coste humano y a casi no pagar impuestos) de, por ejemplo; 20.000€ por unidad fabricada, que vender 50.000 coches anuales con un margen por unidad de 2.000€. ¡Quintuplicar los beneficios vendiendo la mitad! ¡Cualquier accionista babea sólo de pensar en esta posibilidad! Menos ventas pero menos problemas, menos mantenimiento, menos distribución... ¡al mismo tiempo que se multiplica por cinco el beneficio neto! ¡Qué maravilla! "¡Comprar más máquinas!", gritarán a los cuatro vientos.
La tendencia en las próximas décadas por parte de las grandes empresas será por tanto posiblemente la de intentar fabricar menos (la mitad si es necesario) para la clase pudiente restante (el 40% de trabajadores no automatizables, el funcionariado y el pensionista), pero buscando al mismo tiempo reducir al máximo lo costes (automatizando tanto como puedan la fabricación, distribución, y servicio) y pagando al mismo tiempo el mínimo de impuestos posibles. De ese modo se logrará, aunque parezca lo contrario a primera vista, continuar maximizando el beneficio neto a un ritmo mayor que nunca...¡incluso aunque sea a costa de reducir las ventas totales! Es interesante remarcar que este hecho, de darse, supondrá dar un vuelco total a la política empresarial tradicional observada claramente como mínimo desde el siglo XIX: ya no se buscará llegar a las masas (vender a cuanta más gente mejor), sino que las grandes empresas se centrarán en vender y servir a la clase pudiente mientras lucha contra la clase baja y media-baja (los desempleados) por no pagar rentas ni impuestos que hagan inútil la inversión en estas máquinas inteligentes (que cada vez serán más y más eficientes y baratas de adquirir, por otra parte).
La diferencia de clases parece que se verá muy pues reforzada al límite en las próximas décadas; y los bienes y servicios volverán a estar en manos de una nueva especie de "burguesía" y "aristocracia" renovada. La cuestión es saber cómo se las ingeniará esta nueva clase pudiente para reprimir al 50% de desgraciados en paro. Pero no debemos olvidar que históricamente represiones similares (y mayores) se han visto en el pasado y han permanecido estables durante siglos. Además, en este posible futuro cercano, parte del control civil (es decir, la policía) también estará automatizada de un modo u otro, lo cual permitirá al estado (a los grandes lobbies en realidad), a mantener esta represión con más facilidad que en épocas previas, evitando precisamente el tipo de revueltas violentas que en el pasado tan eficientes fueron para cambiar el sistema social y/o político.
Parece que se aproximan tiempos muy inciertos (fundamentalmente para nuestros hijos y nietos)...pero pocos aún lo saben.



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