"¿Así que me pregunta si elegiría no haber nacido? Uno debe haber nacido para poder elegir, y la elección implica destrucción. Pero pregunte a mi hermano en esa silla de ahí. En realidad está vacía; mi hermano no llegó tan lejos. Aun así pregúntele, mientras viaja como el viento bajo el cielo, estrellándose contra la playa, olfateando la hierba, disfrutando de su fuerza mientras persigue su alimento vivo. [...] ¿Alguna vez le ha echado usted en falta? Mire a su alrededor una tarde en un tranvía atestado y pregúntese si permitiría que una lotería seleccionara a uno de los pasajeros agotados como el que usted traería a este mundo. Ellos no prestan atención cuando una persona se apea y dos suben. El tranvía sigue rodando" (Zapffe: “Fragmentos de una entrevista”, Aftenposten, 1959)
"La longevidad es sin duda un valor supremo en nuestras vidas, y encontrar un correctivo para la mortalidad es nuestro proyecto compulsivo. Todo vale con tal de alargar nuestra residencia terrenal. Y cómo se han visto recompensados nuestros esfuerzos. Ninguna necesidad de embutir nuestras vidas en dos o tres décadas ahora que podemos embutirlas en siete, ocho, nueve o más. La esperanza de vida de los mamíferos no domesticados no ha cambiado nunca, mientras que la nuestra ha aumentado a pasos agigantados. Qué golpe para la especie humana. Inconscientes de cuánto tiempo vivirán, otras formas de vida de sangre caliente son comparativamente unos haraganes. Es verdad que el tiempo se nos acabará como se les acaba a todas las criaturas, pero al menos podemos soñar que algún día podremos elegir nuestra fecha límite. Entonces quizá podremos todos morir de lo mismo: una hartura asesina de nuestra durabilidad en un mundo que es MALIGNAMENTE INÚTIL. [...]
La pregunta «¿Vale la pena vivir?» se ha formulado demasiadas veces. Este uso de «valer» suscita impresiones de un buen surtido de experiencias que son posiblemente deseables y valiosas dentro de unos límites y que pueden sucederse unas a otras de tal modo que sugiera que la vida no carece totalmente de valor. Con «inútil», los tenues espíritus de la deseabilidad y el valor no levantan la cabeza con la misma prontitud.
Naturalmente, la inutilidad todo lo que es o podría ser alguna vez está sujeta a los mismos repudios que la falta de valor de todo lo que es o podría ser alguna vez. Por esta razón se ha adjuntado a «inútil» el adverbio «malignamente» para darle un poco más de elasticidad semántica y una dosis de toxicidad. Pero para expresar de forma mínimamente adecuada el sentido de la inutilidad de todo haría falta una modalidad no lingüística, algún tipo de efusión surgida de un sueño que amalgamara toda la gradación de lo inútil y nos transmitiera sin palabras la inanidad de la existencia en cualquier circunstancia posible. Desprovistos como estamos de tales medios de comunicación, la inutilidad de todo lo que existe o podría posiblemente existir debe declararse con escasa potencia."
("La conspiracion contra la especie humana", Thomas Ligotti)
No hay comentarios:
Publicar un comentario