Hoy he leído el siguiente artículo de Pitiklinov (estupendo, como siempre):
El contenido del mismo viene a decir así:
"Diaea ergandros es una especie de araña australiana. A lo largo del verano, las madres se engordan a sí mismas con todo tipo de insectos, de manera que, cuando llega el invierno, sus pequeños pueden chupar la sangre de las articulaciones de las piernas de su madre. A medida que ellos beben, ella se debilita hasta que las crías se abalanzan sobre ella, la inyectan un veneno y la devoran como harían con cualquier otra presa.¿Qué cuerpo se te queda al leer esto? ¿a qué crees que se debe? Este es sólo un ejemplo de los que hay miles en la naturaleza. Sólo uno más. En el caso del tiburón toro (Charcharias taurus) los embriones se canibalizan entre ellos y el mayor se suele comer a todos los demás menos uno.No hay colores ahí fuera. Sólo longitudes de onda. Tampoco hay moral ahí fuera. Solo actos que aumentan o disminuyen el éxito reproductivo. Los actos que aumentan el éxito reproductivo, el número de descendientes, tienen éxito y persisten. "
Parece evidente, tras estudiar cosas como estas, que la moral es una ilusión humana más: que no existe tal cosa en la naturaleza, y mucho menos en nosotros, ya que nosotros somos sólo naturaleza. Cómo dice Pitiklinov, lo único que hay son actos que aumentan o no el éxito reproductivo, y no hay ninguna justicia Universal ni nada que se le parezca.
Pero no todos opinan así; y la causa, en mi opinión, es la incongruencia de moda en los círculos intelectuales actuales. Incongruencia que se puede resumir en lo siguiente: "sí, bueno, el origen del hombre es evolutivo, pero no todo se puede reducir a lo natural. Hay conductas y comportamientos en el hombre que parecen emerger o escapar de la pura reducción física". Y dentro de este saco, meten cualquier cosa compleja, como por ejemplo la ética, la razón, y otras conductas o cualidades que parecen ser tan especiales en el hombre.
Pero a pesar de la evidente incongruencia, es indudable que estas argumentaciones están a la orden del día; expresadas de mil maneras diferentes. No hay duda de que la capacidad del ser humano para divagar es infinita, y además literalmente.
Cuando se intenta comprender un tema complejo (y este lo es muchísimo); siempre hay que intentar reducir o acotar en lo posible las hipótesis en disputa, y no hay duda de que en esta cuestión hay dos posibilidades muy claras, y no muchas más:
O se acepta la hipótesis naturalista; y como decía Carlos Castrodeza se lleva la idea de la darwinización hasta sus últimas consecuencias, o se reniega de las ideas evolutivas como origen de la vida y del hombre (y de todo lo relacionado con el hombre: incluida la cultura).
Y no hay más. El resto son abstracciones, invenciones, imaginaciones, complicaciones innecesarias.
Por lo tanto, e insisto de nuevo; sólo tenemos dos hipótesis candidatas:
1) El hombre es -junto con todo lo humano- consecuencia directa de un proceso natural evolutivo (con lo que aceptamos la darwinización -o naturalización- completa del mundo).
2) El hombre no es consecuencia directa de un proceso natural (o no exclusivamente), por lo que contiene en su esencia, en su origen, o como se lo quiera llamar, un algo que no es natural.
Quedan así dos posturas congruentes, y cualquier otra intermedia no tiene más remedio que ser incongruente, porque:
- Todo aquel que acepte 1) debe aceptar sus consecuencias hasta el final, o caerá en la pura incongruencia lógica. Porque si somos fruto de un proceso natural, todo lo relacionado con nosotros tiene ese mismo origen natural (¡no puede ser lógicamente de otra forma!); con lo que la ética, la moral, la emoción, la poesía, la ciencia, la razón, y toda nuestra conducta no serán más que fenómenos naturales (como lo es un piedra que cae por la gravedad. Y si no parecen lo mismo es por motivos de complejidad y no de esencia o naturaleza).
- Todo el que acepte 2) puede meter e inventarse un abanico infinito de entes, espíritus, y demás elementos sobrenaturales para intentar "explicar" parte de la conducta humana (o toda la conducta humana, depende de lo extremista que se sea el que propone su metafísica subjetiva).
Es lógicamente aceptable creer en la postura 1) y la 2) (porque aunque 2) no se base en la evidencia empírica, sigue siendo congruente), pero intenta mezclar 1) con 2) es sencillamente INCONGRUENTE. Si se acepta la evolución, se acepta la completa explicación de TODO lo humano como originado por un proceso exclusivamente natural. Y si, por el contrario, se echa mano de alguna explicación que requiera de algo sobrenatural, ya sea un espíritu, un alma, o un ente de cualquier tipo que transciende al mundo natural; automáticamente se rechaza el origen natural del hombre. Y está bien, cada cual está en su derecho de elegir entre estas dos posturas; pero lo que es irremediablemente absurdo es querer mezclar churras con merinas. Y es a lo que iba:
Llevo algún tiempo, leyendo por ciertos foros de discusión que frecuento, cosas como la siguiente:
En realidad todos esos argumentos intermedios son sólo tonterías, paparruchas, y si se me permite: idioteces.
Normalmente este tipo de personas hacen un intento desesperado por no verse obligados a rechazar la enorme cantidad de evidencias empíricas favorables a la idea del completo origen natural del hombre, y al mismo tiempo no tener que renunciar por completo al antropocentrismo que todos llevamos dentro. El ego de estas personas les hace meter, de la manera más absurda, ideas "sobrenaturales" maquilladas (eso que emerge y que no saben bien qué es o de dónde emerge ;) ), dentro de la explicación natural.
Unos hacen este truco salva-egos más conscientemente que otros, pero en el fondo todos son incongruentes porque, o el ser humano ha sido creado por completo naturalmente (1) o simplemente renegamos de las evidencias empíricas y afirmamos que no es un ser natural (2); y las medias tintas sólo hacen liar las cosas para nada (bueno, para nada no, para algo muy importante: alimentar el ego de las personas que defienden esas posturas intermedias, y que les permite sentirse seres especiales en el Universo...pobres ilusos).