miércoles, 20 de febrero de 2019

Arcadi Espada y la antinatalidad

Enorme polémica en las redes por lo que escribió Arcadi Espada en un artículo ¡de 2013! acerca de traer al mundo niños con enfermedades graves. El artículo se titulaba “Un crimen contra la humanidad” y allí decía: “Si alguien deja nacer a alguien enfermo, pudiéndolo haber evitado, ese alguien deberá someterse a la posibilidad, no solo de que el enfermo lo denuncie por su crimen, sino de que sea la propia sociedad, que habrá de sufragar el coste de los tratamientos, la que lo haga”. La polémica ha resurgido porque en una entrevista con Risto Mejide en el programa “Chester” se le preparó a Arcadi Espada una encerrona con un padre de un niño con síndrome de Down y, ante una impertinencia de Mejide, Espada abandonó el plató.

Pero es que probablemente el crimen sea traer niños al mundo independientemente de su condición genética.  ¿Alguien ha leído el argumento de la asimetría que defiende David Benatar en su libro "Better Never To Have Been" (Mejor no haber existido nunca)? Dice más o menos así:

- El que no nace evidentemente no puede sufrir de ningún modo. No sufrirá mal o necesidad alguna ni tampoco sufrirá por ausencia de placer: no haber podido disfrutar de "una puesta de Sol" o alguna otra "migaja" emocional que nos haga obtener puntualmente dopamina y endorfinas. El que no nace no tiene cerebro y no puede sufrir en modo alguno: punto. 

- Por otra parte, el que nace ciertamente obtendrá "chutes" ocasionales de neurotransmisores que lo harán sentirse bien (placer), pero también necesariamente se verá constreñido a padecer en muchas ocasiones sufrimiento, necesidad y frustración debido al modo en que funciona nuestro (evolutivo) sistema neuroendocrino.

En resumen:

- El no nato no sufre males (lo que está bien) ni obtiene placeres (lo que no está ni bien ni mal, ya que un ser inexistente y sin cerebro no puede echar de menos ni lamentarse por no poder recibir dopamina). Por lo tanto, por un lado bien y por otro ni bien ni mal.

- El que nace, sin embargo, sufrirá de muchos males existenciales (lo que está mal) y de ocasionales sentimientos positivos (lo que está bien). Por lo tanto, por un lado bien y por otro mal.

Vemos que existe asimetría entre ambos casos, y en opinión de David Benatar el hecho de que el que no nazca no pueda sufrir mal alguno al contrario de lo que le ocurre al que nace convierte la natalidad en general en un acto inmoral en su conjunto. Traer hijos a la existencia (crear nuevos cerebros) supone traer dolor al mundo. Un dolor que sencillamente no existiría sin nuestro acto de procreación. 

Y no tener hijos (no crear cerebros) es el único modo de evitar cualquier tipo de mal, ya que no hay un "limbo" de fetos que vayan a lamentar con sus cerebritos ya formados no poder experimentar "puestas de Sol". La ausencia de placer no es un mal por mucho que lo queramos extrapolar de ese modo. En realidad es casi lo mismo que defiende Arcadi en su artículo sólo que llevado un paso más allá. No importa la cantidad de dolor que vaya a sufrir el que nazca (por enfermedad genética o lo que sea), sino el hecho de que nacer (sano o enfermo), SIEMPRE va acompañado de dolor sin importar la predisposición (genética). 

Porque además: ¿Cuánto dolor estadístico -previsible- es la cantidad moral aceptable para abortar? ¿Quién cuantifica el umbral de dolor por el que es o no moral tener hijos? ¿Y si el niño nace bien pero luego sufre un cáncer, o sufre depresiones, o muere en un accidente de coche? David Benatar piensa que la cantidad moral es cero...pero la única manera de lograr evitar el sufrimiento por completo es mediante la antinatalidad.