miércoles, 19 de agosto de 2015

A trabajar...

"El hombre que me da trabajo, al que tengo que sufrir, este hombre es mi dueño, llámelo como lo llame." Henry George (1839-1897). Economista inglés.

7 de la mañana; suena el despertador, te levantas, desayunas,...y a trabajar. Así un día, y otro, otro más, y hasta que te jubiles (si es que llega ese día, que nunca se sabe). Pero, ¿por qué tengo que trabajar? Esta es la pregunta que todos tendríamos que hacernos cada vez que abrimos los ojos al madrugar para pasar 8 ó 9 horas realizando la misma tarea de siempre bajo el dominio del denominado "jefe".

En su obra póstuma, Carlos Castrodeza, relaciona el asunto del trabajo con la esclavitud, y no va mal encaminado:
"Si comparamos esto[la esclavitud del periodo clásico] con lo que sucede en el mundo desarrollado actual —por no hablar del mundo no desarrollado—, con los actuales asalariados de 8 a 3 (en el mejor de los casos) del mundo occidental y occidentalizado, y pese a haber diferencias más que manifiestas en muchos otros aspectos, no sería muy atrevido proclamar que, al igual que en las economías de las ciudades-estado griegas, hay una base actual sometida a una esclavitud de circunstancias."
Como dice Henry George, al trabajar nos dejamos someter, pero no es menos cierto que este dejarnos someter el mejor modo de contribuir a mantener la enorme complejidad de este mundo moderno nuestro. Y ahí está la clave del asunto: la complejidad necesita generar trabajo para poder mantenerse. Un "generar trabajo", que se puede enlazar fácilmente con la ortodoxia económica que busca "aumentar la producción de cada país" (el producto interior bruto). La vida humana en sociedad es un fenómeno bastante complejo, y cuanto más complejo se vuelve, más necesita auto-producir para su mantenimiento.

Es en este punto de la disertación cuando entramos nosotros; usted, querido lector, y también yo: resulta que somos máquinas de producción. Ni siquiera se puede decir que seamos máquinas de reproducir genes como afirmaba Dawkins en su famoso libro El gen egoísta; porque, siendo honestos, es más preciso (y objetivo) decir que en realidad sólo somos máquinas térmicas para producir trabajo. Ni más, ni menos.

Nuestra vida diaria, toda ella, es un continuo consumir energía con la que generar trabajo. Mantenemos la negentropía de nuestro cuerpo a base de energía, y consumimos energía para cada una de nuestras actividades diarias. El hecho de ir en coche (o en bici) a comprar el pan, no es más que el hecho objetivo de tomar energía potencial de los combustibles (o de los alimentos ingeridos previamente) para hacer "algo". Y ese "algo", siempre es un fin al servicio de un único principio Universal: "consumir siempre más energía (que para el caso viene a ser lo mismo que generar más trabajo)".

Nuestras vidas es, por tanto, un ir y venir de heterogéneas acciones, todas con el único fin concreto de maximizar el movimiento efectivo. De hecho, tener descendencia es el sumun de la eficiencia: ya que la duplicidad, es el mejor modo de asegurar un eficiente aumento medio del consumo energético (con su consiguiente trabajo). Pero, ¡ojo! no vale cualquier duplicidad, sino una duplicidad más o menos exacta al sujeto que se replica. Porque el sujeto que se replica, si existe y es capaz de mantener la complejidad intrínseca a un proceso replicativo, es porque debe ser un eficiente generador de trabajo (o su linaje se habría perdido hace tiempo).

Sin duda, ya te habrás dado cuenta de la estrecha relación que existe entre trabajo y duplicación; y entre la perpetuación de un linaje (o una especie, como se quiera entender) y ser un eficiente consumidor de energía. La teoría de la evolución biológica se reduce al principio del eficiente productor (y así lo apuntan recientes investigaciones en termodinámica y física estadística). La supervivencia del más fuerte (o del más apto), se resume en la supervivencia (o prevalencia) del objeto físico que más eficiente es a la hora de producir trabajo neto efectivo dentro del medio ambiente con el que interacciona.

Así que, si aquí estamos y existimos como fenómeno natural, es porque somos buenos consumidores de energía y productores de trabajo; porque somos esclavos capaces de mantener la complejidad en la que nos envolvemos; porque somos eficientes máquinas térmicas aptas para dejar una descendencia fiel a nuestra estructura. Consumir y producir es el principio que gobierna la complejidad en este Universo, y aquí en la Tierra, nadie nos gana en esa tarea. Por eso dominamos sobre el resto de formas vivas, y por eso nos duplicamos con libertad de un modo casi exponencial.

Ahora bien, una vez es aceptado todo esto (y si no lo aceptas ahora, lo harás dentro de unas décadas cuando la biofísica termine de eclosionar), inmediatamente surge una importante pregunta: ¿por qué, o más bien, para qué "busca" o posee el Universo esa tendencia hacia el consumo (transformación) del potencial energético (energía potencial) y la generación de movimiento (energía cinética y trabajo)? En principio esta pregunta no es científica, y no es de esperar evidencia empírica que permita responderla; pero podemos igualmente hacer una reflexión especulativa y filosófica sobre la misma (¿por qué no?):

Aquí en la Tierra, los seres vivos se agrupan en capas cada vez de mayor complejidad, empezando por las células, que se agrupan en seres multicelulares, que se agrupan aveces formando sociedades, etc. Cada agrupación de este tipo requiere de un aumento del consumo de energía potencial medio para su mantenimiento y estabilidad, siendo mayor la producción del trabajo necesario cuanto más compleja es la agrupación alcanzada. La tendencia del Universo a consumir el máximo de energía disponible para generar el mayor trabajo medio alcanzable según sea el entorno, se podría correlacionar con un "deseo" intrínseco a conseguir agrupaciones estructurales cada vez más complejas: parece como si se "buscara" la máquina térmica perfecta. Y que conste, que este proceso de "búsqueda universal" no se restringe únicamente a eso que entendemos por organismos biológicos.

De hecho, quizás el temor que ciertos científicos de renombre muestran actualmente ante la posibilidad de que en el futuro nuestras máquinas lleguen a dominarnos y erradicarnos no sea tan descabellado. Todo depende de lo eficientes que lleguemos a hacer a esos aparatos. El peligro real llegaría en el momento de que esas máquinas fuesen capaces de generar copias fieles de ellas mismas sin nuestra intervención.

Sí, ya sé que suena raro, o incluso absurdo o tonto. Es lo que tiene la especulación creativa. Pero, sin embargo, la realidad podría ser así...Nuestro Universo, con sus constantes físicas tan finamente ajustadas, podría no ser más que parte de un experimento trascendental: existe la posibilidad de que nuestro mundo no sea más que un instrumento para un ente metafísico. Nosotros, como personas, usamos (y buscamos) herramientas e ingenios que nos permitan el más óptimo uso de la energía potencial disponible; y nada impide que nuestro mundo no sea más que el ingenio de "algo" que busque un fin parecido para su propio mundo (sea éste el que sea, y como quiera que sea).

Habrá incluso quien pueda sacar de esto rédito en la forma de un apoyo "racional" a su fe irracional (arracional, contrarracional o como se la quiera llamar), proponiendo que quizás esta tendencia hacia la perfección del Universo, es un reflejo de la suprema complejidad de Dios, y de que todos trabajamos por y para Él. Quizás el trabajo sea, como dice Miguel de Unamuno en su maravilloso ensayo Del sentimiento trágico de la vida:"el gran negocio de nuestra salvación, de ganarnos la gloria eterna". Otros, por contra, podrán ver en esto quizás apoyo a otras propuestas metafísicas muy distintas. Baste nombrar la Voluntad de Schopenhauer: bien podría ser todo lo dicho un mero reflejo de la esencia perfectamente ciega, incansable e insaciable de la Voluntad por el simple hecho de existir y ser representado en el mundo de todas las formas posibles.

En fin. Sea como fuere, el hecho es que somos máquinas, y que como tales tenemos trabajo que hacer. Así que, dejemos de divagar y volvamos al tajo, que hay mucha energía que acaparar y consumir.

Un saludo a todos.

14 comentarios:

David Bravo dijo...

da miedito... te dejo q me llama un cliente!

Unknown dijo...

Respecto tu opinión pero "La vida no es cuento relatado por un idiota''.

Samu dijo...

Te equivocas, Milton. La vida es como dijo William Shakespeare: "La vida es un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y de furia, que no tiene ningún sentido". Mira alrededor y mírate a ti mismo. Eres una máquina, amigo. Y lo único que haces es consumir energía cada segundo. Es de locos, y es absurdo, pero es un hecho y hay que aceptarlo con humildad.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Samu,

·la complejidad necesita generar trabajo para poder mantenerse

En eso estoy básicamente de acuerdo.

·es más preciso (y objetivo) decir que en realidad sólo somos máquinas térmicas para producir trabajo. Ni más, ni menos.

¿Sólo? Un termostato es una máquina y un ordenador es otra máquina, pero no son sólo máquinas, son máquinas con peculiaridades distintas. Ambas son “estructuras reales” cuya dinámica es descriptible desde las leyes físicas, pero aunque “siguen” leyes físicas son peculiarmente distintas. Un escarabajo y un hombre siguen esas leyes termodinámicas que pone usted sobre la mesa en esta entrada, pero… ¿Somos la misma máquina?
Que algo sea necesario para que sea X, no significa que X sea SOLO eso que es necesario para X. Por eso no entiendo su manía de decir que “somos solo eso”. Aristóteles ya decía que la contingencia o accidentalidad aparece cuando dos líneas causales se entrecruzan. Todo está demasiado entremezclado, las líneas causales son múltiples y diversas, como para poder pensar que todo es especificable como siendo sólo consecuencia de unas pocas causas (las termodinámicas en su caso) y donde los otros “ingredientes causales” o “legislativos” sobran, no tienen sitio, no especifican aspectos importantes también, o no actúan como relaciones de determinación también (que no es lo mismo que determinismo). Incluso los modos particulares de cómo las simples leyes termodinámicas actúan en las realidades concretas, están siendo codeterminadas en base a infinidad de relaciones de determinación, diversas y multicausales. Como si no hubiera “espacio” para nada más que los imperativos termodinámicos, como si estos ya determinaran de modo univoco lo que la realidad humana es, su modo y aspecto de ser; a saber según usted: “el ser SOLO una mera máquina termodinámica”.

Bien, yo no diría que somos “máquinas”, sino que diría que somos una realidad (que como toda realidad tiene ASPECTOS que son descriptibles desde la termodinámica y otros que no), que en ALGUNOS aspectos podemos metafóricamente identificar con una máquina. Por eso yo, repito, no diría que somos máquinas, diría que la realidad humana está instalada y arraigada en una realidad que le sobreviene, que es la que es (descriptible en ciertos aspectos desde la termodinámica, por ejemplo y en otro muchos no), y que es contingente y misteriosa en última instancia. Como seres que dependemos y debemos ajustarnos a la realidad, somos una parte de esa realidad peculiar (como todas las realidades). Somos seres naturales arraigados en, por y desde la realidad en la estamos y desde la que existimos.

Si a eso quiere llamarlo ser una máquina de producir trabajo, por mí no hay ningún problema, pero al menos déjeme denunciar que tal término tiene connotaciones a fines, a diseño, a mecanicidad, a determinismo, a ser experimento de seres metafísicos …Si quiere establecer que somos “máquinas”, yo diría que lo importante no es que seamos máquinas (es decir seres naturales que pertenecen y “obedecen” a la naturaleza), sino que TIPO de máquinas somos. Lo importante es decir cuál es nuestro modo particular de pertenecer a la naturaleza, más allá de decir la obviedad de que seguimos necesariamente los imperativos termodinámicos, que como complejidad que somos debemos obviamente “seguir”. Y decir que somos máquinas que disipan energía y elaboran trabajo, aunque necesario, es del todo insuficiente. No sólo insuficientes, sino que me atrevería a decir que casi no dicen nada acerca de lo que es nuestro estar en el mundo.

Sigo…

Anónimo dijo...

…sigo

Permítame a modo de preguntas que destaque a mí parecer aquellos aspectos reduccionistas y deterministas que son propios de su modo estético de interpretar la ciencia, su particular metaciencia (que no ciencia):

·Nuestra vida diaria, toda ella, es un continuo consumir energía con la que generar trabajo.

¿Toda ella?

·El hecho de ir en coche (o en bici) a comprar el pan, no es más que el hecho objetivo de tomar energía potencial de los combustibles (o de los alimentos ingeridos previamente) para hacer "algo"

¿No es más que eso?

. es un fin al servicio de un único principio Universal: "consumir siempre más energía (que para el caso viene a ser lo mismo que generar más trabajo)"

¿Un fin?

·Nuestras vidas es, por tanto, un ir y venir de heterogéneas acciones, todas con el único fin concreto de maximizar el movimiento efectivo.

¿ÚNICO fin? ¿Todas?

·Así que, si aquí estamos y existimos como fenómeno natural, es porque somos buenos consumidores de energía y productores de trabajo

¿Estamos gracias a eso o es estamos necesariamente en eso?

· somos eficientes máquinas térmicas aptas para dejar una descendencia fiel a nuestra estructura

¿Entre otras cosas, o sólo eso?

· Consumir y producir es el principio que gobierna la complejidad en este Universo, y aquí en la Tierra, nadie nos gana en esa tarea.

¿Es UN principio o EL principio?

En fin…

·Ahora bien, una vez es aceptado todo esto (y si no lo aceptas ahora, lo harás dentro de unas décadas cuando la biofísica termine de eclosionar)

Pues yo pienso que es usted quién verá las cosas de modo diferente. Por mi edad no tendré ocasión de verlo, pero deje pasar el tiempo…;-)

Un saludo.

Samu dijo...

Hola, Enric.

Ya me extrañaba que no comentase un tema tan jugoso para usted como es el que trato aquí ;). Voy a centrarme en responder una a una sus preguntas finales, puesto que en realidad resumen el posible debate que podamos establecer. Pregunta usted:

"Nuestra vida diaria, toda ella, es un continuo consumir energía con la que generar trabajo.
¿Toda ella?"

Sí, toda ella. Dígame usted una actividad suya que no requiera de un consumo (o uso) energético de algún tipo. Solo una.

"El hecho de ir en coche (o en bici) a comprar el pan, no es más que el hecho objetivo de tomar energía potencial de los combustibles (o de los alimentos ingeridos previamente) para hacer "algo"
¿No es más que eso?"

Objetivamente, no. ¿Qué otra cosa, objetivamente hablando, ve usted ahí?

"es un fin al servicio de un único principio Universal: "consumir siempre más energía (que para el caso viene a ser lo mismo que generar más trabajo)"
¿Un fin?"

Sí, un fin metafóricamente hablando. Cada conducta, y cada acto, son respuestas más o menos autónomas en favor de esa tendencia natural que he descrito como un principio físico Universal. Si la conducta media fuese contraria a los designios de ese principio, la complejidad sería insostenible y llevaría a su disolución. Esta es la causa de que usted, por ejemplo, no pueda dejar de respirar mucho tiempo aunque lo intente (no es estable permitir esa conducta, y por eso no se da en ningún animal superior: cada vez que, por motivos mutacionales, alguna especie o individuo pudiera haberlo hecho, históricamente terminó desapareciendo por no ser algo eficiente. Por eso, y sólo por eso, no existen animales hoy día capaces de controlar su respiración totalmente "a voluntad").

"·Nuestras vidas es, por tanto, un ir y venir de heterogéneas acciones, todas con el único fin concreto de maximizar el movimiento efectivo.
¿ÚNICO fin? ¿Todas?"

Sí, fin metafórico como le expliqué antes, y todas las acciones porque aquellas que van contra el principio desaparecen sin remedio.

"·Así que, si aquí estamos y existimos como fenómeno natural, es porque somos buenos consumidores de energía y productores de trabajo
¿Estamos gracias a eso o es estamos necesariamente en eso?"

Gracias a eso hemos aparecido como especie, y necesariamente en eso nos encontramos si queremos seguir existiendo como tal ;).

" somos eficientes máquinas térmicas aptas para dejar una descendencia fiel a nuestra estructura
¿Entre otras cosas, o sólo eso?"

Sólo eso.

"Consumir y producir es el principio que gobierna la complejidad en este Universo, y aquí en la Tierra, nadie nos gana en esa tarea.
¿Es UN principio o EL principio?"

El principio. La posibilidad de una complejidad estable en el Universo se rige por un único principio al que se reduce el resto de enramados mecánicos físicos: "consumir cada vez más energía ( y generar trabajo)". Cualquier complejidad estructural que no cumpla este principio (o que lo haga peor que otras estructuras) desaparece más pronto que tarde del mundo.

Un abrazo, Enric.

Por cierto, me acordé de usted mucho leyendo hace poco el ensayo de Miguel de Unamuno "Del sentimiento trágico de la vida". Escribiré una entrada sobre este libro dentro de poco.

Anónimo dijo...

Hola, Enric.

· Sí, toda ella. Dígame usted una actividad suya que no requiera de un consumo (o uso) energético de algún tipo. Solo una.

Creo que estamos hablando de cosas distintas. Si por “toda ella” entiende que toda actividad humana requiere consumo de energía; es decir, que “fagocitamos energía continuamente”, pues como ya le dije eso es OBVIO: todo lo natural requiere lo que por ser natural se requiere.
Si por “toda ella” quiere dar a entender que la vida humana es SÓLO eso; es decir, sólo es “consumición de energía”, yo vuelvo a insistir en qué NO. Qué seamos realidades que necesariamente consumamos energía, no significa ni mucho menos, que seamos SÓLO realidades que consumen energía.

· Objetivamente, no. ¿Qué otra cosa, objetivamente hablando, ve usted ahí?

Pues que hay infinidad de cosas diversas y diferentes que toman energía de los combustibles “para hacer algo” como dice usted y que no son la misma cosa. La energía que consume mi cerebro ahora, o la que consumía al rezar los matines hace unas horas, son complejidades diferentes relacionadas con mi cerebro y con consumo energético químico, que no pueden reducirse a ser sólo consumo de energía.
OBJETIVAMENTE, ir en coche o caminar, NO ES SÓLO consumir “energía combustible para hacer algo” como dice usted, sino que son “hechos” OBJETIVAMENTE muy diferentes que tiene en común en el que efectivamente se consume energía química almacenada en sustancias orgánicas. Pero confundir algunas cosas necesarias para X (consumir energía) con el todo de X (ser sólo eso), me parece una inferencia que me temo no soy capaz de entender.

·Por eso, y sólo por eso, no existen animales hoy día capaces de controlar su respiración totalmente "a voluntad")

Pero yo no niego eso que dice, que es OBVIO. La realidades X son realidad y como toda realidad están bajo las impelencias de lo que la realidad resulta ser (sus leyes, su estructura, su devenir, sus interrelaciones…). Repito, eso es OBVIO, es de PEROGRULLO. Lo que no es cierto, creo yo, es ese “Sólo por eso”. Ese “Sólo por eso”, si no le entiendo mal, tiene dos partes, por un lado el “por eso” que indica algo que es cierto, a saber: que es una cosa absolutamente necesaria para las estructuras complejas negaentrópicas intercambiar energía y materia con el medio si “quieren” aparecer y no “quieren” desaparecer. Es decir, es el modo necesario para poder ir “contra” el segundo principio de la entropía y por ende tener complejidad autorganizativa: hacerlo de manera local y no siendo un sistema aislado intercambiando energía y materia con el medio, o como bien dice usted, por ejemplo, respirando.
Pero por otro lado está el “sólo”; es decir, el establecer que eso es todo. Y yo no veo de dónde saca tal afirmación, más allá de una aparente necesidad de unificar, que parece propia de su entendimiento reduccionista, determinista y unificador. Pero repito, eso NO ES TODO, ni mucho menos, lo que define la diversidad de formas y estructuras de la vida. Ese reduccionismo que profesa, como si fuera “ciencia”, es una postura estética metacientífica como ya le dije. Y para mí gusto, bastante ingenua.

· Sí, fin metafórico como le expliqué antes

Si por “fin metafórico” entiende que están sometidas a la impelencia de la realidad, y entiende tal impelencia como “algo” que crea ciertas condiciones o líneas de determinación (repito que no hay que confundir la existencia de condiciones de determinación con absoluto determinismo), pues por mí ningún problema.

sigo...

Anónimo dijo...

...sigo

· Gracias a eso hemos aparecido como especie, y necesariamente en eso nos encontramos si queremos seguir existiendo como tal

Exacto, pero no somos solo eso (máquinas térmicas que siguen las leyes termodinámicas). Si fuéramos SÓLO eso, deberíamos decir que un geranio es un hombre. Aquello que distingue un hombre de un geranio no es el NO cumplir “el principio termodinámico único que usted cree que rige todo y que subyace en el origen y mantenimiento de la complejidad”, sino el tipo de complejidad diferentes que son.

· somos eficientes máquinas térmicas aptas para dejar una descendencia fiel a nuestra estructura…. “¿Entre otras cosas, o sólo eso?"…. Sólo eso.

Pues vale, si usted lo dice...

· La posibilidad de una complejidad estable en el Universo se rige por un único principio al que se reduce el resto de enramados mecánicos físicos: "consumir cada vez más energía (y generar trabajo)".

Pero una cosa es que se requiera entre otras cosas necesariamente X para que haya complejidad, y otra decir que la complejidad es sólo X. No entiendo la inferencia que pasa de “algunas necesidades X” para que se origine y mantenga “Y” con que “Y” es solo “X”. La complejidad debe seguir las líneas causales de la termodinámica (como todo), pero es un error, me parece a mí, considerar que algunas condiciones necesarias de determinación (las líneas causales de la termodinámica) son ya condiciones SUFICIENTES de determinación de las diversas complejidades existentes.

Creo que nuestro debate en el fondo va de que usted profesa un determinismo cosmológico (con cierto “disfraz” de científico) que yo no entiendo ni comparto.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Dije "Hola Enric", y quise decir obviamente "Hola Samu",
No es que me hable a mí solo, aunque a menudo me lo parece (no lo digo por usted), es que el copia pega para contestarle me jugó una mala pasada,
disculpa. :)

Samu dijo...

Enric:

"Creo que nuestro debate en el fondo va de que usted profesa un determinismo cosmológico (con cierto “disfraz” de científico) que yo no entiendo ni comparto."

Desde luego que algo que no se entiende no se puede compartir. Y por eso quizás debería usted leer la obra, por ejemplo, de Addy Pross (http://www.bgu.ac.il/~pross/), y así podría comprender (e incluso compartir si lo llegase a entender), este determinismo cosmológico del que le hablo.

De todas formas, Addy Pross no es el único que habla en este sentido. Otros físicos y químicos (en este blog he hablado mucho, por ejemplo; del trabajo del físico del MIT Jeremy England), trabajan actualmente en la misma dirección en la que he hablado en este artículo (de un modo muy divulgativo y sin entrar en detalles). Es muy posible que dentro de pocos años (o décadas) ocurra una explosión de resultados experimentales en biofísica, y entonces, todo lo que he dicho en esta entrada, podría incluso ser ortodoxia teórica. Ya se verá.

Un abrazo, amigo; y no dude en que nunca es tarde para aprender algo más (podría empezar, por ejemplo; por el libro de divulgación "What is life?" de Addy Pross).

Anónimo dijo...

Samu,
·Un abrazo, amigo; y no dude en que nunca es tarde para aprender algo más (podría empezar, por ejemplo; por el libro de divulgación "What is life?" de Addy Pross).

Resulta enternecedor que me recomiende aprender algo más, y abstenerse de contestar a mis argumentos. Me ha hecho sentir estúpido. :-(
Es obvio que todos debemos aprender más. Rezar, amar y aprender es lo único que he hecho durante mí ya cuasi finiquitada vida. En fin... no sé si tengo edad ya para tantas cosas, a pesar de que a usted nunca le parece tarde para tal fin (como se nota que es joven). No me queda otra alternativa que dejar en suspenso sus afirmaciones, y ser exceptico respeto a mis posiciones. Sólo pretendía dar mis argumentos contra el usual nihilismo darwiniano que profesa, muy al estilo de Castrodeza; pero me temo que estoy en categorías inferiores para un partido de primera división.

Desde mí fútbol amateur:

Los trabajos científicos que creo usa de referencia no los niego, como bien puede comprobar en mis comentarios. Lo que niego no son esos trabajos, ni mucho menos, lo que niego es la interpretación reduccionista que se hace de ellos, y usted es, me parece a mí, un claro ejemplo detal reduccionismo. No se trata de que no entienda la termodinámica asociada a la formación y mantenimiento de las estructuras complejas y los avances que puedan surgir sobre tal temática; en la medida de mis posibilidades creo entenderla. Creo que eso lo aceptamos los dos, es un tema esencialmente científico y con aspectos técnicos en los que no es necesario entrar. Yo, repito, trato sólo de argumentar en contra de la interpretación metacientifica que hace usted de ellos. Y usted, muy a mi pesar, no entra a valorar nmis argumentos, sólo afirma no contesta. Por ejemplo, usa muy a menudo a J. England de escudo, cuando lo que ese buen hombre dice yo no lo pongo en cuestión, acepto sus conclusiones al margen de la controversia científica en que por ahora están. Lo que no acepto, y argumenyto en qué sentido no acepto, es la interpretación reduccionista que usted hace de las conclusiones de England.

Por último, ha interpretado mi "no entender" cómo no "saber de" (tampoco hay nada realmente my novedoso qué saber, la verdad). Se lo explico con mi habitual barroquismo: Cuando digo que no entiendo no es que no entienda lo que se debe entender, es que eso que se debe entender no entiendo cómo puede suponerse que es respuesta de lo que usted dice entender.

En fin... creo que pierde el tiempo conmigo y mis argumentos le son en el fondo indiferentes. :-(

Un saludo

Samu dijo...

Hola, Enric:

"Resulta enternecedor que me recomiende aprender algo más, y abstenerse de contestar a mis argumentos. Me ha hecho sentir estúpido. :-("

Lo siento, no era mi intención.

"Sólo pretendía dar mis argumentos contra el usual nihilismo darwiniano que profesa, muy al estilo de Castrodeza; pero me temo que estoy en categorías inferiores para un partido de primera división."

Castrodeza sin duda era un pensador de primera división, pero yo no creo que llegue aún ni al fútbol amateur suyo. No crea que no sé que me queda mucho todavía que aprender y reflexionar sobre el mundo, y que me consta que usted me lleva varias décadas de ventaja al respecto.

"No se trata de que no entienda la termodinámica asociada a la formación y mantenimiento de las estructuras complejas y los avances que puedan surgir sobre tal temática; en la medida de mis posibilidades creo entenderla. Creo que eso lo aceptamos los dos, es un tema esencialmente científico y con aspectos técnicos en los que no es necesario entrar."

Perfecto, pues. Esto es en realidad todo lo que he querido transmitir en esta entrada justo hasta los dos últimos grandes párrafos. He pretendido divulgar de un modo abarcable, ese tema científico que comenta.

"Yo, repito, trato sólo de argumentar en contra de la interpretación metacientifica que hace usted de ellos."

La interpretación metafísica viene en los dos últimos grandes párrafos de la entrada, y si se fija bien (igual le vendría bien releer el texto), no tomo una postura determinada al respecto. Me limito a enumerar alguna de las posibilidades candidatas a Verdad escondida tras el naturalismo empírico observado. De hecho, eso es lo que usted creo que no comprende de mi postura actual: yo defiendo un nihilismo naturalista, pero tomo una postura agnóstica (lo más parcial posible), sobre un posible (o no) nihilismo trascendental.

Negar el nihilismo naturalizado (a partir de Darwin y de los avances en psicología evolucionista, y también a partir de los modernos avances científicos que están consiguiendo conectar física y química, con biología) me parece ridículo y de bobos. Pero pretender trascender ese nihilismo natural, induciendo a partir del mismo un supuesto nihilismo trascendente (o metafísico si se prefiere ese concepto), me parece igualmente de tontos.

"En fin... creo que pierde el tiempo conmigo y mis argumentos le son en el fondo indiferentes. :-("

Para nada. Me gusta debatir con usted, y sus argumentos no me son indiferentes; pero a veces tengo la impresión de que me lleva la contraria por norma aún cuando nuestras posturas no son tan diferentes.

Un abrazo. A ver si escribo la entrada que le digo sobre el ensayo de Miguel de Unamuno "Del sentimiento trágico de la vida". Creo que se verá muy identificado, y puede que para bien. No sé, ya me contará ;).

Anónimo dijo...

Samu,

Es fácil contestar lo que le pido, creo, pero no acabo de notar que lo haga. Se defiende como un gato panza arriba si dar razones a preguntas que son sencillas y no me las contesta, las repitiré de otro modo:

·¿Qué diferencia a una máquina térmica como usted, de una máquina térmica como un geranio, si ambos SÓLO son máquinas térmicas?

·¿Es lo mismo realizar la función clorofílica, que por ejemplo, interpretar la realidad con nihilismo existencial de saberse exclusivamente ser una máquina termodinámica? (más allá de decir que ambos procesos consumen energía y son originados y mantenidos por lo que postulamos desde nuestras confianza en las creencias científicas (termodinámica estadística incluida… ¿Es lo mismo SÍ o NO?

…..

·yo defiendo un nihilismo naturalista, pero tomo una postura agnóstica (lo más parcial posible), sobre un posible (o no) nihilismo trascendental.

Samu, eso no lo entiendo. Para mí lo primero, si se afirma; niega o hace imposible lo segundo. Entiendase: no arremeto contra el naturalismo en mi argumentación, sino contra el calificarlo de nihilista. ¿Qué sentido dar al nihilismo sin transcender lo natural?
Por poner un ejemplo metafórico: la derrota que acaba de infringirme una joven compañera de quehaceres religiosos en una partida de ajedrez, yo la he calificado de amarga derrota. Sin mi “yo” que transciende el juego, haciendo del mero mecanismo de mover piezas desde unas reglas de movimiento, un propósito, un juego, ¿Tendría sentido calificar de amarga la derrota?
Para que una derrota sea amarga debe haber algo (una subjetividad, un yo, una intelección, una conciencia,… lo que sea) que sienta, perciba, haga suya, se instale… en la REALIDAD del amargor. Amargor que siendo natural (eso no lo niego) transciende al “mecanicismo ajedrecil”. ¿Tendría sentido decirle a un programa de ajedrez, que ha sufrido una amarga derrota? ¿Hay transcendencia, hay juego, en los procesos físicos que se rigen por ese software para el software mismo?

Bien, cuando se afirma que la realidad naturalizada es realidad nihilizada, sólo logro entender ese nihilismo , porque algo “externo a lo natural no nihilizado” es capaz de calificar a esa realidad natural de falta o exceso de algo, que esa realidad en sí misma no tiene y debería tener, o le sobra y no debería sobrarle: Dando así, a la “realidad-no-nihilizada, el aspecto y dimensión humano de ser “realidad-nihilizada”.

Es decir, la realidad es descrita darwinianamente siendo X, pero el salto de la “realidad-descrita-darwinianamente-como-X” a “la realidad-X-descrita-nihilizadamente” sólo puede establecerse desde la respectividad a algo (que no tiene que ser sobrenatural) que está como transcendiendo “la-realidad-darwiniana-al-margen-de-su-nihilización”. El hombre, la humanidad, nuestra intelección, nuestras esperanzas, nuestros deseos… son condición necesaria para que algo sea interpretado de manera nihilizada. Como mucho podemos decir, repito, que ese transcender la realidad (deseosamente, esperanzadamente, con objetividad, con indiferencia…) es también natural, o una ficción natural. En el primer caso, si ese transcender la realidad es natural, el análisis del nihilismo debería hacerse desde “la transcedentalidad natural” que la “maquinaria darwinista” ha sido capaz de elaborar y dimensionar en el hombre, y no desde la mera “maquinaria darwinista” sin esa “transcendentalidad natural” (que es lo que cree hacer Castrodeza, aunque en el fondo realiza todo lo contrario). El nihilismo no está en la realidad sin el hombre, sino en la realidad con el hombre.

sigo...

Anónimo dijo...

...sigo

En el segundo caso, el pensar que la transcendencia es una “ficción natural”, al calificar a la transcendencia de ficción, sólo estamos significando que la ficción es algo natural que transciende lo no-ficcionado; es decir, la existencia de la ficción es en sí misma aquello que transciende lo no ficcionado. Luego el nihilismo debería estudiarse desde el sentido de realidad en que nos instala tal ficción, y no barrerlo hacía el rincón de lo bobo o absurdo, de lo “inventado por el hombre”, sin objetividad alguna, como si éste no fuera también una realidad darwiniana cuando se instala en la realidad que le proporciona su ficcionada transcendencia. El ámbito irreal (ficcionado) en que la realidad humana está instalada, es tan real como real son los fotones que emite el Sol. Dicho a la manera confusa que a mí tanto me gusta utilizar: el nihilismo sólo cobra sentido desde la real irrealización de lo real que el hombre en su realidad realiza. El nihilismo-darwiniano también es una irrealización, un modo transcendente de imaginar lo real, y no lo real mismo, que es lo que Castrodeza se vanagloria establecer, cuando habla de nihilismo-darwiniano.

Un saludo.

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