viernes, 22 de abril de 2016

El absurdo (III)

"Biológicamente, es decir, desde la perspectiva de la historia natural, la razón de ser de todo ser vivo es permanecer, pero esa permanencia no tiene objeto. Se trata de permanecer por permanecer porque, valga la vacuidad epistémica, en su dimensión tanto gnoseológica como ética, permanece lo que permanece y punto."
(Carlos Castrodeza)

Leyendo una magnífica entrada sobre el filósofo Carlos Castrodeza en el Blog de Carlos Javier González Serrano (El vuelo de la lechuza): https://elvuelodelalechuza.com/2013/03/02/la-razon-de-ser-meditaciones-darwinianas-carlos-castrodeza/, me ha surgido la siguiente reflexión:

En el artículo se menciona que "Darwin se preguntaba una y otra vez que cómo una teoría que es tan sencilla de entender no calaba entre sus coetáneos (la banalidad de lo que importa es a menudo dura de digerir)."

Y yo creo que es evidente que esto sigue ocurriendo. Cualquiera puede preguntarse todavía como la gente no comprende (o no acepta) que: "[..]biológicamente, es decir, desde la perspectiva de la historia natural, la razón de ser de todo ser vivo es permanecer, pero esa permanencia no tiene objeto. [Que] Se trata de permanecer por permanecer porque, valga la vacuidad epistémica, en su dimensión tanto gnoseológica como ética, permanece lo que permanece y punto. "

Nadie es capaz de pararse y reflexionar sobre el hecho comprobado de que la razón de ser de todo ser vivo no tiene objeto (es decir; que no tiene un sentido racional objetivo). Todos luchamos con asombrosa vehemencia por continuar el sonsonete de la vida, y ni siquiera la conciencia del absurdo existencial puede detenernos (me incluyo, por supuesto, porque vivo con tanta o más vehemencia que nadie). En este sentido, se puede concluir sin lugar a dudas que no somos otra cosa más que marionetas en manos de un estúpido "fin" natural por el mero ser (en realidad, porque permanezca aquello que sea un mayor eficiente consumidor de energía para cada momento y situación, puesto que a esto se reduce realmente la evolución según la física moderna).

La vida es en sí un medio, y los seres vivos meros títeres en manos de una extraña "necesidad" natural por consumir eficientemente toda la energía libre disponible en el menor tiempo posible (i.e. maximizar la entropía global del modo más óptimo en cada circunstancia). Cabría preguntarse por supuesto, si esta "necesidad" natural sigue o no algún Fin trascendente, y en tal caso cuál es.

Aquí, por ejemplo: Mainländer insistiría en que esa Necesidad trascendente fue la de satisfacer una única Necesidad por parte de una única (e incognoscible) Unidad premundana: el Deseo de alcanzar el No-Ser mediante la realización de un único Acto; y de hacerlo además del único Modo posible en que este paso al No-Ser podía ocurrir: este Modo constituiría la aparición de nuestro cosmos (de la multiplicidad acontecida tras el Big Bang) del modo tan preciso en que es y observamos (con lo que se explica de camino el fino ajuste que las constantes físicas cosmológicas presentan), y por tanto la "necesidad" natural inmanente de consumir toda la energía libre tan pronto como sea posible (disminuir la suma de fuerzas como diría Mainländer), se correlacionaría con la representación fenoménica de esa Necesidad trascendente por No-Ser lo más rápido posible (que por alguna razón no pudo ser instantáneamente). Esta unidad trascendente originaria por cierto fue, pero ya no es: desapareció precisamente al dar a luz a la multiplicidad del mundo.

Schopenhauer por otra parte, propondría por ejemplo; que ese "fin" natural inmanente es mera representación de la Voluntad trascendente ciega e irracional que lo sustenta todo (en el mundo o tras el mundo, es decir; que contra la postura de Mainländer, la Voluntad todavía sería) , buscando dicha Voluntad de continuo (oculta tras el velo del fenómeno)  el mero ser y el persistir, y el ser además de todos los modos posibles; lo cual correlaciona bien con la realidad biológica y natural del mundo, pero no tan bien con la realidad evolutiva (y la "buscada" maximización del consumo energético subyacente), puesto que la Voluntad podría explicar la voluntad hacia la lucha y la vehemencia por el ser, pero no podría explicar por qué el mundo inmanente busca no sólo ser y ser de muchos modos, sino también ser siempre de modo que la energía libre disponible (y por tanto la capacidad para un nuevo ser) se consuma tan pronto como sea posible. Parece que la Voluntad de Schopenhauer se queda explicativamente corta, y que ciertamente Mainländer completa esta perspectiva con una cosmovisión más acorde con lo observado (por la ciencia) en lo inmanente.

Los científicos más radicales, por último, filosofan con la idea de los múltiples universos extrapolando la cuántica a lo trascendente, con lo cual no habría según ellos tal Fin trascendente, o mejor dicho, dicho Fin será tan espontáneo e insustancial como el "fin" natural inmanente de consumir la energía libre tan pronto como se pueda: en realidad serían equivalentes, y se trataría como digo, de extrapolar lo inmanente casi tal cual a lo trascendente.

Pero es que en realidad da igual cual sea la Verdad o la Realidad tras nuestra existencia personal, sea la que sea, cualquiera, todo apunta a que nada humanamente relevante se esconde tras nuestra vehemente lucha: muy probablemente ninguna razón sustente nuestro ser, o si la hay, muy posiblemente dicha razón sea indiferente a nuestro destino como meros sujetos (medios) para su Fin. En realidad, en el caso de Mainländer podríamos presumir al menos de ser eficientes medios para un Fin concreto, y de que "ayudamos" a cumplir con nuestro esfuerzo una razonable Necesidad trascendente (premundana) la cual de hecho nos dio origen. Y creo que podemos presumir de ello incluso a pesar de que dicha "ayuda" sea en favor de la pronta aniquilación de la existencia Universal...el que no se consuela es porque no quiere xDD.

En fin, que podemos concluir, junto a Schopenhauer, y sin mucho miedo a equivocarnos, que humanamente (o para la humanidad) "bien puede decirse que la vida es un episodio que viene a perturbar inútilmente la sagrada paz de la nada"; y que si finalmente dicha vida es útil para Algo, seguro que ese Algo no tiene nada que ver con nosotros como sujetos.

Un saludo.

4 comentarios:

Manuel Pérez Cornejo dijo...

Estimado Samuel: He copiado tus entradas mainländerianas, y trataré de leerlas este fin de semana. Tienen un aspecto estupendo, y me voy a comprometer a leer tu blog todo el (escaso) tiempo que me queda. Me parece interesantísimo, de verdad. Vorwärts!

Samu dijo...

Un saludo, Manuel. Es para mí un verdadero honor que alguien como tú siga mi blog.

Cualquier comentario que desees hacer será muy agradecido.

Un abrazo!!

Manuel Pérez Cornejo dijo...

Te lo confieso, Samuel: me he lanzado ávido a leer tu artículo en "Tendencias," y he comprobado que recoge en buena medida algunos contenidos previamente publicados en tu blog. He leído todo tu material con avidez. Me encanta y me parece magnífico, por su estilo, su claridad y la cantidad de ideas sugerentes que aporta (al menos a mí). La conjunción que consigues entre ciencia (física) y filosofía -perdona la expresión- me chifla, literalmente.
Desde mis años juveniles, cuando empecé a leer a Schopenhauer, me di cuenta de que, como él dice, la ciencia moderna (que Schopenhauer controlaba bastante a fondo) sólo se ocupa de cuestiones relacionadas con el principio de razón suficiente (el "cómo"), pero no penetra nunca en las verdaderas causas que producen los fenómenos de la realidad (el "por qué"). Por eso creía imprescindible completar la ciencia con la metafísica (algo en lo que, por lo demás, coincidía con sus "archienemigos" Fichte, Schelling y Hegel). Precisamente ahora que la filosofía prácticamente desaparece de los programas de estudio (como si fuese víctima de una conspiración, y yo pienso que lo es), es cuando más necesaria parece la recuperación de una metafísica de nuevo cuño, vinculada a la física más reciente. Precisamente lo que tú haces.
Yo te animo a que sigas escribiendo y publicando, que vas a tener en mí, mientras me quede tiempo para ello, un lector impenitente. Creo haberte dicho ya que mi formación en el bachillerato fue por ciencias puras, y que nunca he abandonado mi interés por la ciencia, aunque siempre a un nivel muy básico, claro; pero creo saber lo suficiente como para entender en general tus interesantes artículos.
He leído también tu entrada sobre el vacío cuántico y sobre la relación de la "teoria de los multiversos" con el concepto del "eterno retorno" reintroducido por Nietzsche en filosofía. En este sentido, querría recomendarte un libro que traduje hace unos años, y que quizás te pueda interesar. Es la "Filosofía de lo bello" de Eduard von Hartmann (otro seguidor de Schopenhauer, dotado también de una formación científica poco común). Aunque el título corresponde a un libro sobre estética, incluí en él una amplia introducción a la filosofía de von Hartmann, que es lo único que de momento existe en castellano sobre este autor (ssi exceptuamos algunas ediciones del XIX); en esa introducción se habla de la metafísica elaborada por este filósofo germano y sus implicaciones cosmológicas. Evidentemente, no hace falta que adquieras el libro, pues se encuentra en muchas bibliotecas, entre ellas la Nacional, la de la Facultad de Filosofía de la Complutense y la del Ateneo de Madrid. La lectura de la citada introducción te podría sugerir quizás alguna reflexión en tu línea (por ejemplo, su hipótesis metafísica sobre un "eterno retorno de lo peor").
Por otro lado, te informo de que voy a publicar un comentario corrigiendo otro que han hecho sobre tu artículo en "Tendencias", porque me confunden contigo, y esto NO puede ser: yo no escribo tan bien. Ahora mismo voy a enmendarle la plana al despistado comentarista, que, si no ha sido capaz de leer quién ha firmado el artículo, ¡imagínate lo que habrá entendido de él!
Recibe mi más cordial saludo y enhorabuena. Sigue enseñándome cosas... ¡queda tanto por aprender!
Viator.

Samu dijo...

Manuel, te agradezco de veras este comentario. Realmente me anima mucho saber que alguien con tu formación se interesa por lo que escribo.

Recibe un fuerte abrazo, amigo.

P.D. Buscaré el libro que me recomiendas. Me ha intrigado eso del "eterno retorno de lo peor". Yo por mi parte te recomiendo un buen libro "filosófico", escrito por un físico de cierto renombre como es Brian Greene, en el cual se divulga de un modo bastante asequible todo lo relacionado con la propuesta del multiverso. El libro se llama "La Realidad Oculta" ("The Hidden Reality: Parallel Universes and the Deep Laws of the Cosmos"), y fue nominado al Premio Aventis en el año 2012.

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