martes, 9 de junio de 2020

Cuando la evolución decide quién vive

En la, de momento, primera ola de la actual pandemia de coronavirus; no sólo España sino otros muchos países tuvieron que decidir en pleno pico de contagios y a las puertas del colapso sanitario cómo priorizar las camas hospitalarias y las plazas UCI disponibles. En concreto, mayormente se dio prioridad (en caso de necesidad de elegir) a las personas más jóvenes frente a las mayores, llegándose a casos en que directamente se prohibió el traslado de mayores de 75 años a los hospitales.

Y es ahora, a toro pasado, cuando vienen los debates; con fines políticos e ideológicos casi siempre, sobre la ética o falta de ética de aquellas decisiones tomadas en plena escalada, cuando simple y llanamente no había recursos médicos para todos. Pero cualquiera con dos dedos de frente puede ver que la determinación de "salvar" a los jóvenes sobre los "viejos" no fue para nada algo racional, sino un proceso instintivo (casi un acto espontáneo que siguieron -y siguen- a pies juntillas gobiernos de derecha y de izquierda por igual).

Porque lo mismo que dice esa ley no escrita por la que ante un naufragio tienen siempre preferencia los niños y las embarazadas, existen muchas otras leyes naturales (instintivas e innatas) que nos son desconocidas hasta que desgraciadamente llega el momento de tener que optar por una opción mala u otra peor. En el caso de esta inusual pandemia nos vimos de repente con el requerimiento de decidir cómo priorizar los escasos recursos médicos: ¡y la evolución decidió por nosotros, por supuesto! Simplemente, y de manera natural (automática), todos los que se vieron en la necesidad de realizar tal selección (no todas las comunidades ni todos los países se vieron desbordados por igual) sin excepción antepusieron la vida de los más jóvenes sobre la de los más ancianos.

Y esto fue así porque simple y llanamente la evolución de manera instintiva nos hace tender a ayudar y asistir con más ímpetu a aquellos individuos que tienen más "valor" evolutivo (replicativo) por delante. Las personas en edad reproductiva (o que aún no alcanzaron dicha edad) siempre son naturalmente "preferibles" a las personas que ya casi finalizaron su "misión" natural evolutiva.

Ésto desde luego en lo relativo al sujeto parece un acto natural cruel, pero debemos recordar que objetivamente en la naturaleza no hay nada Bueno ni Malo (con mayúsculas). No es malo el león ni buena la gacela. Ni es mala una bacteria que mata una persona. Tampoco es bueno ni malo el médico o dirigente político que instintivamente se ve "forzado" a anteponer la vida del joven sobre la de la persona mayor: es tan sólo algo natural. Y si alguien se siente tentado de culpar a alguien, que culpe al modo en que funciona esencialmente el mundo evolutivo o, si es creyente, que culpe a su Dios.


2 comentarios:

Samu dijo...

https://elpais.com/sociedad/2020-06-09/madrid-elaboro-un-protocolo-para-no-derivar-al-hospital-a-pacientes-domiciliarios.html

"El texto recomienda “priorizar la asistencia” y atender en sus casas a los afectados de covid-19 mayores de 80 con enfermedad terminal, frágiles o con demencia moderada o grave."

¿Son malo malísimos en Madrid? ¡No! Simplemente es lo que habría hecho cualquier otra comunidad autónoma (o país) ante un inminente colapso sanitario: priorizar al más joven frente al anciano. Y se podrá racionalizar como se quiera pero el trasfondo es instintivo (un sesgo innato). Porque aunque no lo sepamos, lo que impera a la hora de tomar este tipo de decisiones es la calidad o valor reproductivo del individuo. Ya se sabe: niños y embarazadas primero ;)

Samu dijo...

"¿Aseguras que esta emoción moral innata precedería a un juicio moral y finalmente a una decisíon moral, sin que intervenga el razonamiento moral?"

Yo creo sinceramente que hay una tendencia o sesgo innato que precede siempre en estos casos al juicio moral racional. Lo mismo que también creo en la postura de la neurocientífica Tali Sharot cuando defiende que existe un sesgo innato hacia el pensamiento mágico-optimista que precede a nuestros juicios racionales de valor sobre la vida. El cerebro del homo sapiens ha evolucionado durante millones de años para adaptarse a la cruda realidad del mundo, y la razón es un apéndice más dentro de una amalgama de heurísticos instintivos e inconscientes tanto a nivel personal como a la hora de socializar.

La aversión al olor a podrido es evolutivamente estable y por eso existe un enorme sesgo innato en evitar tales olores; el incesto es estadíticamente igual de perjudicial, y por eso estamos sesgados (en cualquier cultura o sociedad no importa los años que lleve aislada) y tendemos a evitar tal conducta. Y lo mismo estoy seguro que ocurre cuando hay que decidir cómo repartir recursos muy escasos entre jóvenes y ancianos. Evolutivamente durante millones de años, más aún al inicio del camino que llevó a nuestra especie, sin duda fue evolutivamente mucho más estable defender a aquellos individuos con mayor valor reproductivo directo. Y dado lo valioso de tal conducta, no dudo en que fueron apareciendo en los circuitos neuronales procesos cognitivos inconscientes e innatos que hicieron tender en esa dirección. Y aquellos grupos sociales sin tal tendencia instintiva se vieron (estadísticamente) en inferioridad frente a grupos rivales. Así de claro y así de simple. El curso de los años afianzarían cada vez más así este sesgo de sobreprotección infantil sobre aquellos ancianos y muy ancianos en casos de necesidad extrema.

Y tú mismo puedes experimentar con ese sesgo que llevas grabado a fuego en tu interior. Piensa en el caso en que un mafioso sádico te da a elegir entre salvar la vida de un niño de 10 años o la de un anciano de 90 años postrado en una cama (imagina en tu mente la situación y visualiza al niño lloroso y al anciano tirado en la cama). Ambos son desconocidos para ti y si te niegas a decidir el mafioso te dice que ambos mueren. Dime, con honestidad que no salvarías al niño en esta situación extrema. Si me dices que salvarías al anciano postrado y dejarías morir al niño no me lo creería. Es más, creo que el 99,9% de la población seleccionaría al niño. Y la razón es obvia y para nada racional o moral: ambos son seres humanos en principio con igual valor y derechos, pero "algo" dentro de ti te dice que el niño "merece" en esta situación extrema vivir por encima del interés del anciano: precisamente ese es el sesgo instintivo que luego la razón maquilla a posteriori con mil excusas para combatir la disonancia cognitiva. No importa cuánta razón moral quieras poner a priori en el asunto, finalmente decide siempre el instinto y siempre en la misma dirección tendente a favorecer al joven (y eso pasa en todo oriente, en occidente, y en una tribu amazónica aislada durante cuatro mil años).
Y esta misma tendencia instintiva fue la que llevó en España a que muchas comunidades autónomas (cada una política, cultural y socialmente muy distintas) cuando estaban al borde del colapso sanitario (y fuera de España, también, por supuesto como pasó en Italia, etc.) a dar orden de que ninguna persona mayor de 75 años fuera al hospital a ocupar recursos médicos que dieron por supuesto (de manera espontánea, inconsciente e instintiva) eran más valiosos para los más jóvenes. ¡Y recuerda que todos actuaron igual! No hubo dudas. Ante el colapso que veían inmediato, lo mismo que ante un naufragio, los niños y las embarazadas iban sin ninguna duda primero ;).

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