domingo, 22 de julio de 2018

Las chanclas y el lado oscuro de la globalización

"[...] el proceso de supervivencia directa, o indirecta por medio de la reproducción, implica trivialmente la extracción de energía del medio, o bien directamente, o bien y sobre todo implicando al «otro» en un hacer simbiótico o parasitario. [...] en una realidad de recursos escasos se ha generado una situación de supervivencia entre estructuras en que unas «depredan» sobre otras para potenciar su propia existencia." 
("El flujo de la historia y el sentido de la vida", Carlos Castrodeza)

El otro día leí un interesante artículo en el diario El País. Su título era: "Las chanclas ponen al descubierto el lado oscuro de la globalización", y el subtítulo rezaba: "La conexión entre contrabandistas, trabajadores prescindibles, recolectores de basura y los consumidores más pobres: esta es una de las historias más siniestras que puedas leer".

La entrada era interesante en general pero hubo un párrafo que me llamó especialmente la atención:
"[...] Aunque mil millones de personas en el mundo aún andan descalzas[...]"
Mil millones de personas aún van descalzas cuales pobres individuos prehistóricos (y ni eso, puesto que ya muchos trogloditas se fabricaban con soltura sus propios "zapatos"). Un dato desde luego increíble que posiblemente no muchas personas conozcan.

Así pues, en este punto y sabiendo lo que sabemos, perdonen que me ría cuando hay todavía quien dice y cree que el mundo va a "mejor". Por desgracia no es cierto, al menos de manera general. Es más, en realidad NUNCA en la historia del hombre hubo tanta DENSIDAD de población sufriendo y padeciendo simplemente para mantener y sostener el bienestar de una élite de humanos (autodenominada en estos momentos como "Occidente"). Y por supuesto siempre hubo ricos y pobres, nobles y plebeyos, señores y vasallos, patronos y trabajadores, en definitiva: "ciudadanos" y esclavos. Pero nunca jamás la cantidad neta de personas desfavorecidas fue tan alta (independientemente de que la favorecida también hoy sea alta). Es decir, que no vale con mirase uno el ombligo y alardear de lo bien que viven miles de millones; porque el hecho es que estos millones viven tan bien a costa de otros tantos miles de millones que sobreviven casi como animales en condiciones infrahumanas. Y si por ejemplo en la época romana eran unos pocos millones los que sostenían el gran nivel de vida de otros pocos millones, hoy sabemos que son miles de millones los que sostienen a todos esos privilegiados (entre los que nos encontramos)...¡pero hay que ser conscientes de que el hecho de que hoy día seamos "ciudadanos" tantísimas personas no indica que el mundo vaya realmente a "mejor", pues el hecho es que este bienestar corre a cargo del padecimiento de una ENORME cantidad de "desgraciados"!

A causa del crecimiento neto (exponencial) de la población de humanos acontecido en los últimos siglos, es un hecho que cada vez más población precaria ha sido requerida para mantener el bienestar social de los "acomodados" del planeta (los de la cara buena del planeta). Y lo peor vino sin duda con la globalización. Una globalización que no es ni más ni menos que la tradicional esclavitud puesta al día como mucho ingenio (esclavitud 2.0). En resumidas cuentas alimentamos y damos las migajas justas a una gran parte de la población mundial simplemente para que puedan crecer al ritmo necesario como para servir de soporte efectivo a nuestra sociedad del bienestar occidental. Y que no nos engañen por favor, se trata sólo de esto. Lo mismo que en la esclavitud de la época clásica o en la más reciente esclavitud americana, la cuestión es tratar a una parte de la humanidad como meros "animales" mecánicos a los que simplemente hay que alimentar para que no perezcan y tengan las fuerzas justas para trabajar duro en nuestro beneficio propio. Y el que vea algo más en esos actos "altruistas" del primer mundo hacia los "desfavorecidos" es; con perdón, un gran iluso.

Si nos salimos del pellejo de haber tenido la suerte de nacer en el lado bueno del mundo, es fácilmente constatable que en general (sin excluir a nadie del censo) el mundo no va ni mejor ni peor que antes; va como siempre...si no peor. De hecho, como ya he dicho, el hecho de que la población de humanos hoy día sea tan alta implica que los que sufren y malviven como "animales" de carga oprimidos en favor de los otros (los "ciudadanos") sea la masa neta de humanos más alta de la historia.

En resumen: que la cantidad de personas que hoy disfrutan de un bienestar social es enorme, pero no olvidemos que la base de la pirámide que realmente carga con este bienestar es inmensamente mayor. Hoy día hay en vida quizás más pobres, oprimidos, desvalidos, y afligidos que en toda la historia de la humanidad en su conjunto. E insistamos una vez más en el asunto: aunque es cierto que hay hoy mucha masa "señorial" en el mundo, el ratio neto entre "señores" y "vasallos" (la división entre la cantidad de unos entre la cantidad de otros) es muy similar a la del resto de la historia de la humanidad. Poco ha cambiado esencialmente y a grandes rasgos la calidad de vida media del conjunto de toda la población (por mucho que el marketing y el autoengaño nos hagan pensar lo contrario).

Pero no se trata tampoco de demonizar este ratio entre "amos" y "esclavos"; quizás sea esta diferencia o gradiente entre humanos algo natural y necesario. En realidad, es posible que en este mundo donde es un hecho que no hay de todo para todos (como tanto repetía el biólogo español Carlos Castrodeza), la mismísima termodinámica requiera que una gran masa de mano de obra malviviente soporte una pequeña cúspide en la pirámide del bienestar. Siendo este el caso no se trataría por tanto el asunto de algo "Bueno" o "Malo"; como no es ni bueno ni malo que el león se coma a la gacela. Se trataría de algo natural y necesario, de un hecho inevitable. Pero no obstante, y pese a que pudiera ser irremediable aprovecharse del "otro", creo que es de justicia reconocer al menos a ese "esclavo" que nos da de comer. Comprender y reconocer como poco lo que realmente pasa en el mundo; y no dejarnos engañar por el marketing que más o menos inconscientemente desde Occidente nos vendemos, en donde nos representamos a nosotros mismos como adalid y apoyo de esos "pobres" del tercer mundo. ¡No y mil veces no! ¡Son los "pobres" del tercer mundo los que con su esfuerzo mantienen nuestra sociedad, son ellos los que nos apoyan a nosotros; ellos son la base de nuestra abundancia y felicidad!...Y esa "ayuda" económica de la que tanto hacemos gala en el fondo no es más que el reflejo de cómo le echamos pienso a ese "ganado" con el que los "señores" tiramos hacia adelante.