lunes, 28 de noviembre de 2016

Sobre "The Oil Crash" y el colapso de nuestra civilización

“Se producen más individuos de los que es posible que sobrevivan; tiene que haber forzosamente en todos los casos una lucha por la existencia” (Carlos Castrodeza)

"No hay derecho ninguno ni a la existencia, ni al trabajo, ni a la felicidad: el destino del hombre no se distingue del destino del más vil gusano." (Friedrich Nietzsche. Aforismo 753 de Voluntad de Poder)

Introducción.

"The Oil Crash" es la denominación que recibe una hipótesis científica muy actual que, en resumen viene a defender lo siguiente:

1º) La sociedad y la economía moderna en la que vivimos basa de manera fundamental su compleja existencia en el eficiente rendimiento energético que ofrecen los diferentes recursos fósiles disponibles en el planeta.

2º) Estos recursos fósiles no son renovables, y por lo tanto su uso masivo llevará a su agotamiento en algún momento futuro por determinar. De hecho, no es necesario que estos recursos se agoten materialmente como tal, sino que vale simplemente con que la extracción y la explotación de los mismos requieran consumir más energía de la que produzcan.

Conclusión) Se propone por último que, una vez llegado el momento en que la producción (el rendimiento en realidad) de los combustibles fósiles comience a disminuir tras superarse lo que se suele conocer como el pico ("Peak") de su explotación, la economía sufrirá un gran retroceso social y económico debido fundamentalmente a la inexistencia de una fuente de energía alternativa tan abundante, eficiente y versátil como ha sido la fósil hasta ahora.

Se habla en estos círculos además sobre el hecho de que esta fuente de energía es ya hoy día más escasa de lo que parece (al menos en cuanto a rendimiento de explotación se refiere), y que por tanto será muy pronto complicado mantener el orden social y económico establecido; ya que es de sobra conocido en ciencias físicas que toda complejidad en sistemas lejos del equilibrio térmico debe ir acompañado siempre de una cantidad mínima de energía que le de soporte. Lo cual lleva a que si no se encuentra una alternativa de igual rendimiento y versatilidad (y de momento no hay nada en el horizonte ni remotamente parecido), será físicamente imposible que la complejidad social no se vea afectada; lo que viene a traducirse en que nuestra civilización sufrirá posiblemente un importante retroceso.

Ese retroceso está por ver como de severo será, pero se supone que será lo suficientemente grande como para en teoría poder incluso producir el colapso completo de nuestra civilización, que es precisamente a lo que se refieren con ese "Crash" dentro la tesis que venimos tratando.

Peakoilers y tecnooptimistas .

Hay hoy día mucha controversia alrededor de la propuesta que acabamos de describir. A grandes rasgos, algunos se decantan simplemente por rechazar la mayor negando las dos premisas que acabamos de ver, mientras que otros aceptan estas premisas como algo lógico y empíricamente constatable. Luego, dentro de los que la aceptan estos postulados tenemos una nueva división entre dos grupos claramente enfrentados que podemos denominar como tecnooptimistas peakoilers; agrupándose por otra parte los que rechazan las premisas en torno a argumentos que podemos clasificar como de ingenuos, ignorantes o manipuladores.

Muy resumidamente, los tecnooptimistas vienen a defender a grosso modo que algún avance tecnológico aún por descubrir (o la mejora y explotación de alguno ya existente) vendrá a salvar finalmente la situación una vez llegue el momento de la escasez fósil (no siendo por tanto necesario preocuparse demasiado por este pretendido colapso). Y por otra parte, los peakoilers defienden que no creen que tal "salvavidas" tecnológico sea físicamente viable, y que por tanto lo más que podemos hacer es simplemente "prepararnos" lo mejor posible para la llegada de la escasez de manera que el "Crash" sea lo más "suave" posible.

La termodinámica y el crecimiento económico.

Como dijimos arriba, también tenemos el bando de los ingenuos-ignorantes-manipuladores, los cuales sencillamente se limitan en general a negar o a infravalorar las limitaciones impuestas por la termodinámica en el mundo.  Algunos lo hacen por desconocimiento y otros actúan de mala fe guiados por intereses personales de algún tipo.

Sea como sea, este grupo es muy heterogéneo y defienden posturas muy diversas, aunque quizás la mayoría tenga como denominador común que tienden a defender ante la opinión pública sin tapujos que el rendimiento energético no es lo fundamental para el mantenimiento y/o el aumento de la complejidad social (eso que llamamos en general el estado del bienestar). Según ellos, aún en un escenario de descenso en el total energético disponible para el consumo y la producción, todavía es posible mantener el sistema social tal cual, e incluso los hay que afirman ¡que aun así es posible crecer económicamente! Ridículo. Y más ridículo puesto que todo eso se cuenta dentro de un escenario de crecimiento poblacional global casi exponencial. Cada vez hay más población y cada vez la energía disponible rinde menos, lo cual requiere un avance tecnológico ilimitado capaz de hacer tender al infinito la eficiencia en el uso de la energía restante de manera que la estructura social se salve a gran escala. La ciencia hace décadas que no descubre nuevas fuentes de energía, y la mejora en la explotación tecnológica de las ya conocidas cada vez tiene menos margen de mejora en cuanto a eficiencia.

Estos negacionistas no comprenden (o no quieren comprender) que es la termodinámica la que pone un límite a lo que una fuente de energía puede rendir, y que será esta cota natural en la energía renovable superviviente la que determinará hasta qué punto será viable mantener la complejidad social; es decir, hasta qué punto irá a colapsar nuestro sistema social actual (i.e. cuánta complejidad estructural se podrá mantener y cuánta no).

Se puede decir en pocas palabras, que cuanto menor sea el rendimiento (y versatilidad) efectivo en la construcción, mantenimiento y explotación de los recursos energéticos que nos queden tras el Peak Oil, menor será la complejidad social que se podrá mantener llegados a este punto. O lo que es lo mismo, que cuanto más caiga la cantidad total de energía neta disponible para su explotación, mayor será el colapso (decrecimiento en la complejidad); siendo por eso que muchos  peakoilers defienden abiertamente invertir gran parte de la eficiente energía fósil que todavía nos queda en conseguir construir la mejor y mayor infraestructura renovable posible de modo que el rendimiento energético total posterior a la era fósil sea el mayor posible.

Y no hay ninguna duda de que es esta la estrategia más lógica y sensata de entre todas las disponibles, pero hay que plantearse una cuestión importante: ¿es un estrategia biológicamente viable? Porque históricamente, a nivel social, hemos visto en repetidas ocasiones que el hecho de que algo sea lógico y razonable casi nunca ha sido óbice para alcanzar un acuerdo global, siendo más bien una Teoría de juegos la que ha guiado siempre estas acciones a gran escala primando en este sentido siempre el inmediato interés propio (y el de los "nuestros").

¿Y si el colapso social fuese inevitable?

Me gustaría por tanto a continuación introducir y defender con más detalle una nueva alternativa a las ya vista hasta ahora: tecnooptimistas, peakoilers e ingenuos-ignorantes-manipuladores. En concreto, me gustaría comentar la posibilidad de que el colapso (decrecimiento) socio-económico sea inevitable tras el Peak Oil; pero que, al contrario de lo que los peakoilers suelen pensar, no hay nada que se pueda hacer por intentar siquiera amortiguar la caída. Es decir, que el hecho de advertir y comprender el problema no permite en modo alguno adelantar ninguna "solución", ni siquiera parcial.

Y es que, como ya he comentado antes, gran parte de los peakoilers son optimistas dentro de la realidad pésima por venir (según la tesis defendida); y piensan dentro de ese optimismo que la sociedad tiene medios para prevenir en gran medida el colapso de manera que el decrecimiento acontecido tras el Peak Oil no sea demasiado severo e incluso abordable de manera que se mantenga en pie gran parte de la sociedad del bienestar. Las medidas propuestas por ellos se basan en comenzar a decrecer desde ya, regulando el consumo y la producción de manera que la energía que resta pueda ser utilizada de manera más útil con visos de favorecer una transición a un  mundo impulsado 100% por energías renovables (solares, eólicas, etc.), y sin que por el camino se desmantele demasiado la enormemente compleja estructura social que hemos logrado montar gracias al fósil desde hace un par de siglos hasta ahora.

Yo no creo que esto sea posible, y paso a continuación a defender mi hipótesis que podríamos denominar como colapsista.

El colpasismo.

Pedir decrecer de manera controlada pensando en el futuro cuando aún hay disponibilidad de recursos para no tener que hacerlo, es tanto como pedir a un padre que deje pasar hambre a un hijo pensando en el mañana pero teniendo al mismo tiempo un supermercado a la esquina repleto de comida: en un escenario de previsible escasez, racionalizar esta comida sería la actuación lógica, pero la realidad de nuestra esencia biológica nos empuja instintivamente por el contrario a actuar de un modo muy distinto, empujándonos a acaparar para "los nuestros" lo máximo posible antes de que tal escasez finalmente llegue (si es que llega). Por lo tanto, aunque a primera vista puede sonar algo exagerado, el símil que utilicé antes creo que es en realidad muy acertado: yo personalmente no voy jamás a dejar pasar "hambre" a mis hijos teniendo un "supermercado" repleto en la esquina (y el que no piense así definitivamente es que no tiene hijos) , y eso a pesar de que la comida quizás no vaya a ser repuesta. Primero porque el futuro siempre es incierto, mientras que el "dolor" de mi hijo sería presente; y además porque sé a ciencia cierta que si no saqueo yo el "supermercado", lo hará sin duda mi vecino (ya que sé que él sufre el "dolor" de su hijo lo mismo que yo). Escalando el símil a un nivel social, esto se puede traducir en que yo no voy a comenzar a decrecer (haciendo pasar "hambre" a los míos), para que luego el vecino (cualquier otro país o comunidad) siga consumiendo y creciendo por su cuenta a costa del "dolor" de los míos.

Y esto último que hemos visto es importante porque supone que el decrecimiento controlado sólo sería viable por tanto mediante una coordinación (¿represión?) mundial, y en este sentido la historia se encarga rápidamente de refutar esta utópica posibilidad de un entendimiento a gran escala: tal cosa NUNCA ha sucedido, y es de hecho bastante iluso creer que tal entendimiento entre 7.000 millones de personas sea posible; más aún cuando hay diferencias irreconciliables (y aquí en España de eso sabemos mucho) ya no sólo a nivel interestatal, sino incluso a nivel de estado entre comunidades autónomas (provincias, localidades e incluso barriadas de vecinos). Conseguir en la "Teoría de juegos" en la que el mundo se mueve a nivel global una estrategia dominante que convenga a todos (un equilibro de Nash), y que tal estrategia suponga además un decrecimiento controlado, es algo tan improbable que solamente tendría alguna posibilidad de llevarse a cabo reduciendo el número de "jugadores" a uno solo (en este caso un único país capaz de dirigir y reprimir a todos, posiblemente tras una agresión militar); y siendo además este único jugador consistente y estando concienciado con la propuesta del decrecimiento controlado, lo cual plantea de nuevo el interrogante de si esto llevaría realmente el equilibrio deseado, o si lo que se conseguiría finalmente con este estado sería una estrategia mediante la cual dicho estado dominante crecería él mismo (y lo suyos) a costa del decrecimiento de todos los demás (con lo que nos encontramos de hecho de nuevo con el problema biológico de base con el que partimos esta disquisición, el cual nos dice que es muy difícil -si no imposible- dejar pasar voluntariamente "hambre" a los nuestros).

Por lo tanto, y a modo de resumen, bien podría ser el caso de que un escenario de decrecimiento controlado sea demasiado inestable como para que se produzca el necesario equilibrio de Nash. Y si este es el caso, y tiene pinta de que lo es, la humanidad estaría entonces condenada a sufrir las consecuencias de un duro colapso socio-económico como consecuencia de la próxima escasez de recursos fósiles por venir.

Pero, ¿de verdad el rendimiento energético disponible y la complejidad social están tan relacionados?

Ya vimos antes que la termodinámica en sistemas lejos del equilibrio térmico relaciona de manera directa complejidad y energía, lo que implica que al decrecer en consumo se produce necesariamente menos, lo cual va acompañado de una disminución en la complejidad (social en este caso) admisible. En otras palabras: si se consume menos, también se produce menos, lo que lleva a cada vez existan menos servicios y productos disponibles a repartir entre todos. Decrecer controladamente supone por tanto pedir al pueblo que acepte desde hoy vivir peor, y que lo haga además cuando todavía no es del todo evidente que la tesis del "Oil Crash" sea inevitable (como defienden los tecnooptimistas y los negacionistas en general). Y de todas formas; y para más inri, hay que tener en cuenta que conforme aumente la población mundial en el tiempo (se habla de alrededor de 10.000 millones de habitantes en el año 2100), este reparto decreciente hará que toque cada vez a menos por persona, lo que termina resultando un disparate puesto que al cabo de no mucho tiempo, este aumento de la población llevará junto con una producción estancada o en retroceso a un reparto unitario que tendería a cero, con lo que todos acabaríamos siendo inmensamente pobres.

Es decir; que el crecimiento mundial de la población, y la petición voluntaria de decrecimiento que proponen los peakoilers más optimistas (algunos de los cuales comparten intereses personales "ecologistas" en sus argumentaciones), es algo que sencillamente no sólo no puede funcionar en teoría (como vimos antes al hablar de la "Teoría de juegos"), sino que incluso un intento por llevar a cabo dicha estrategia podría incluso precipitar la inestabilidad social y acelerar la llegada del colapso.

No lo olvides: la sociedad la conforman personas.

Cuando se tratan estos temas (en realidad, cuando se habla de economía en general), no se suele tener nunca en cuenta nuestra naturaleza evolutiva a la hora de discurrir, olvidándonos de que son personas individuales las que suman y conforman la sociedad como una entidad global. Y que en este sentido son los intereses personales los que mueven realmente el mundo, y no una supuesta "Razón social" actuando a gran escala (baste ver al respecto la inutilidad de la ONU para llevar a cabo ni una sola actuación destacable en todas sus décadas de existencia).

Todo esto nos debería hacer comprender que macroeconomía y microeconomía van de la mano, y que la primera se reduce a la suma de fuerzas de la segunda, terminando ambas reduciéndose a la economía familiar. En este sentido, merece la pena mencionar de nuevo que ni yo ni nadie (con hijos) dejará jamás pasar "hambre" (y no me refiero evidentemente sólo a los alimentos) a su progenie, y mucho menos mientras haya productos que consumir y bienes que ofrecer a los nuestros. Por lo tanto, de poco o nada servirán los avisos de los peakoiler (o de los ecologistas ya que estamos). El mundo seguirá su curso guiado de manera autónoma e instintiva por nuestra esencia biológica (evolutiva) individual.

El ser humano, el gusano, y la bacteria.

Nuestro tradicional orgullo antropocéntrico hace que muy pocos se planteen siquiera si el ser humano no será después de todo un simple fenómeno natural más sin importancia objetiva alguna. Se nos llena la boca con la palabra "Humanidad" sin replantearnos si verdaderamente esta "Humanidad" tiene algún fin u objetivo distinto en esencia por ejemplo, al de un gusano o una cepa de bacterias. Damos por hecho que sí, que somos diferentes, algunos incluso afirman que somos hijos de Dios hechos a imagen y semejanza de Él (en este punto, perdonen que me ría). ¿Por qué debería de ser así? ¿Por qué tanta soberbia y prepotencia? Lo único que empíricamente diferencia nuestra especie de las demás especies es un mayor córtex cerebral, el cual nos permite llevar de manera más eficiente los quehaceres evolutivos pero...¿supone eso que nuestro sino y nuestro destino va a ser distinto del destino del más vil gusano? No necesariamente. Todos los seres vivos somos hijos del mismo proceso evolutivo, y en consecuencia todos compartimos la misma finalidad objetiva: consumir toda la energía posible en el menor tiempo posible (gracias en gran parte a la replicación y el crecimiento exponencial).

Mucho que nos pese, bien podría ser el caso de que nuestra civilización pudiera estar determinada de base al colapso; lo mismo que lo está una cepa de bacterias con unos recursos energéticos limitados dentro de una placa de Petri. En el caso de nuestra civilización moderna, la placa de Petri sería la propia Tierra, y los recursos limitados serían los eficientes combustibles fósiles. De hecho, empíricamente es ciertamente destacable el hecho de que el "colapso" del crecimiento bacteriano dentro de ese entorno cerrado (la placa) presenta un pico (Peak) muy similar al esperado para nuestro particular crecimiento y posterior colapso como civilización (véanse las dos figuras de más abajo). En realidad ningún crecimiento exponencial es en general estable en el Universo (a nivel físico todo crecimiento exponencial presenta una curva similar a la abajo mostrada), y muy probablemente nuestro caso no pueda ser una excepción.





Conclusión.

Personalmente, junto a todos los peakoilers, veo muy claro el peligro que supone la futura escasez de fuentes fósiles; pero no veo para nada claro que exista una "solución" viable y favorable para todos. Muy posiblemente algo así como un consenso para decrecer con visos a amortiguar el futuro colapso no pueda ocurrir (debido a nuestra esencia biológica), y posiblemente serán por contra una vez más (en realidad, como siempre ha sido, y quizás como siempre será) los más "fuertes" los que acaparen a toda máquina lo que vaya quedando a expensas del resto. Posiblemente todo el que pueda irá tirando del "patadón para adelante" hasta que todo se vaya al traste. De hecho, esto es precisamente lo que está haciendo ahora mismo Donald Trump con su anunciada política energética, es lo que ha pretendido el Reino Unido con su Brexit, y lo que iremos posteriormente haciendo los demás: esto es, salvar el culo de los nuestros mientras sea posible, a la espera de que "algo" salve finalmente la situación.

Un saludo.

Referencias.

- Como principal referencia en estos temas (en castellano), no hay más remedio que visitar el magnífico blog del físico Antonio Turiel Martínez: "The Oil Crash" (http://crashoil.blogspot.com.es/). Cualquier duda al respecto seguro que podrá ser resuelta en algunas de sus innumerables entradas.
- También existe un interesante foro de discusión en español sobre el asunto: forocrashoil.blogspot.com.es

3 comentarios:

Rodolfo Santamaria dijo...

Me has tocado el interés Samu, por que si algo tiene importancia para los que somos padres, ese algo es sin duda la supervivencia de nuestra civilización a medio plazo. Parece que estamos de acuerdo en que Mad Max es ciencia ficción, no fantasía. Pero yo no lo quiero ver tan oscuro, así que voy a intentar aportar un poco de luz de esperanza.
Es verdad que seguimos los designios de la biología, pero también es cierto que esa misma biología evolutiva ha creado organismos pluricelulares en los que se coordinan y auto limitan en su crecimiento miles de millones de células. Y cuando no lo hacen se convierten en células cancerosas.
Tampoco hay que olvidar que el crecimiento demográfico se da principalmente en países subdesarrollados, eso da pie a pensar que tal vez se pueda frenar e incluso reducir el crecimiento demográfico si sacamos de la pobreza a aquellos que más contribuyen a el. Incluso se podría usar la prohibición como ya hizo China con resultados.
Tampoco se puede descartar que la fusión nuclear llegue al rescate a tiempo, aunque a decir verdad, yo preferiría que no llegase hasta que no hayamos aprendido a no usar ese caudal energético para devastar el resto de los recursos naturales que nos quedan.
Esta claro que tenemos que encontrar la manera de sobrevivir de una forma sostenible en la tierra el tiempo suficiente para que aprendamos a establecernos fuera de ella. No será posible con este nivel de consumo, pero no debemos olvidar que este desaforado consumismo esta en gran parte inducido por el modelo económico. El consumismo como motor de la economía es un invento froidiano del siglo XX y bien pudiera ser revertido para dar un respiro a nuestra madre tierra. Tengo la intuición que las criptomonedas pudieran ser muy útiles para esa misión.
Soy consciente de que poco se puede hacer contra la teoría de juegos, solo aspiro a que los limites que nos impone no nos pille confinados en el planeta tierra, que el tablero de juego sea como mínimo la vía láctea.

Samu dijo...

Saludos, amigo Rodolfo. Todos queremos lo mejor para los nuestros, precisamente de eso trata todo: del conflicto de interés biológico. Yo no soy tan optimista como tú, y mucho menos en esta frase: "solo aspiro a que los limites que nos impone no nos pille confinados en el planeta tierra, que el tablero de juego sea como mínimo la vía láctea". El ser humano muy probablemente no será capaz ni de abandonar el sistema solar. En este sentido te invito a leer esta otra entrada de mi blog: http://quevidaesta2010.blogspot.com.es/2016/09/atrapados-en-el-sistema-solar.html

Un saludo, y muchas gracias por comentar en el foro :).

Ruy Nunez dijo...

Samu,
el colapsismo existe desde hace bastante... busca Teoría de Olduvai y allí lo encontrarás.

Saludos

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