domingo, 10 de mayo de 2015

El absurdo (II)

"Los hombres se parecen a esos relojes de cuerda que andan sin saber por qué. Cada vez que se engendra un hombre y se le hace venir al mundo, se da cuerda de nuevo al reloj de la vida humana, para que repita una vez más su rancio sonsonete gastado de eterna caja de música, frase por frase, tiempo por tiempo, con variaciones apenas imperceptibles."
Parerga y Paralipómena.(Schopenahuer)

¿Conoce alguien a las dos personas que aparecen en la fotografía? Evidentemente no. Yo tampoco los habría conocido hasta hace muy poco. No te preocupes, son sólo dos de mis bisabuelos paternos.

No tienen nada de especial. Son sólo dos personas más que han pasado por la existencia, y que la abandonaron tras una breve instancia por la realidad: Nacieron a finales del siglo XIX. Mi bisabuelo, que era químico, murió a los 52 años de edad por problemas cardíacos, y ella, que era ama de casa, murió a los 34 años debido a "dolores reumáticos". Poco más se conoce de sus vidas.

Sin duda vivieron y padecieron, tendrían buenos y malos momentos, seguro que en muchas ocasiones disfrutaron, gozaron, rieron, lloraron, amaron y odiaron. Y por supuesto que, como seres humanos que fueron, se vieron envueltos en el mismo juego de necesidad y satisfacción en que todos nosotros nos encontramos ahora mismo. Lucharían por obtener recursos, por tener hijos, y por suplir todas las exigencias de la vida. Finalmente, llegado el momento, verían también, horrorizados, como se les apagaba la vida, y como volvían a esa nada que constituye la muerte.

La cuestión es que ya nadie sabe de ellos. Si fueron buenos o malos, felices o infelices, no tiene importancia alguna, ni siquiera para sus familiares directos (de hecho, mi padre tampoco pudo reconocer a sus propios abuelos en la foto, ya que no los llegó a ver en vida). Ya nadie sabe apenas nada de la vida de estas personas, y además a nadie le interesa lo más mínimo. Es absurdo. Fueron personas hace poco más de 60 años, estaban vivas como nosotros. Se esforzaron por hacer lo que se supone que todos debemos hacer: sobrevivir, dejar descendencia, y asegurarse de que esa descendencia crezca y se reproduzca a su vez, de modo que el ciclo pueda continuar. Y lo hicieron bien, prueba de ello es que yo ahora mismo estoy aquí escribiendo estas líneas. Y pese a todo lo que hicieron, no queda ya ni rastro de su ser.

Fueron marionetas. No puedo expresarlo de otro modo: fueron utilizados para un estúpido fin, al que nadie puede dar un sentido racional. La teoría del soma desechable viene al cuento. Quizás se pueda decir que sus genes perviven en su descendencia (yo, para no ir más lejos, comparto aproximadamente 1/8 de sus genes), pero mis bisabuelos sin duda no eran sólo las copias de esas moléculas de ADN que también hay en mi genoma: ellos eran mucho más. De hecho, si hay algo que pueda definir a una persona, es su fenotipo completo, ese soma que es precisamente el que desaparece tras una breve existencia. Porque si hay algo que lucha y sufre, es la expresión del gen, y no el gen en si mismo. No, mis bisabuelos ya no existen, como tampoco yo existiré dentro de poco tiempo, por mucho que mis hijas procreen.

Es un hecho: mis bisabuelos fueron títeres de este teatrillo de mundo. Igual que lo somos y yo. También nosotros dejaremos pronto la existencia, y a las pocas décadas, todo rastro de nuestro paso por la realidad habrá desaparecido. El sonsonete del que habla Schopenhauer continuará, y nosotros desapareceremos pronto por completo. Si fuimos felices o infelices, ricos o pobres, buenos o malos, pronto dejará de tener importancia. Si tu vida fue muy satisfactoria, y estuvo llena de gozos, o si te dedicaste a la meditación budista no tendrá importancia alguna. El tiempo no sólo borrará todos nuestros actos, sino también la consecuencia de nuestros actos. Llegado el punto, será imposible que nadie pueda siquiera conocer de nosotros por mucho que lo intente.

Y no me negarás que es grotesco. Que es ridículo. Cualquier persona que lo piense y lo comprenda, no tiene más remedio que reír con descaro ante esta realidad. Porque somos seres racionales dentro de una existencia irracional, una existencia que no tiene causa racional (porque la evolución es simple acto mecánico), ni tampoco un fin racional (porque los fines de nuestra existencia son los fines de nuestra causa evolutiva, la cual es un mero acto espontaneo). Y para más inri, somos seres conscientes de este fatal e irracional destino; comprendemos la indiferencia del universo hacia nosotros, y entendemos que nuestro sino en la Tierra consiste en obedecer unos dictados que aseguran la supervivencia de ciertas moléculas de ADN que nuestras células llevan en su núcleo.

Si aún así, si a pesar de todo lo dicho, te resistes a compartir estas ideas (que en el fondo no son más que la divulgación de las ideas de autores como Schopenhauer o Albert Camus), no te preocupes, el tiempo me dará la razón cuando todo nuestro ser, junto con las consecuencias de nuestro ser, sean pasto de la nada más absoluta. Reflexiona un segundo: ¿De qué habrá servido tu vida dentro de algunas décadas cuando nadie te recuerde y nadie se preocupe por tu existencia? ¿De qué sirvió los 34 años de vida de mi bisabuela? ¿Para qué tuvo que vivir, luchar, y morir dolorida en una cama?...¿para que yo pudiera aparecer en el mundo y continuar con este ciclo de dolor y miseria? ¡¡Por favor, es absurdo!!


47 comentarios:

Gendo Ikari dijo...

Sin ánimo de ofender...este es un post lleno de lamentos vacuos ¿Por qué te empeñas en buscar respuestas que nuestra mente no puede encontrar? como dices es absurdo...

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

No, no es grotesco, ni ridículo, ni absurdo. Sólo son grotescos, ridículos o absurdos aquellos sucesos o cosas que provocan una sensación contraria a la que SE INTENTABA provocar con ellos. Puesto que la vida no es nada que alguien haya INTENTADO crear con ningún objetivo, no tiene sentido calificarlo dentro de la categoría que usamos para decir que a alguien le salió MAL lo que estaba haciendo.

Samu dijo...

Exacto. Has dado en la clave: este artículo es un post donde me lamento de corazón. Me lamento porque soy consciente de mi ser, y porque al mismo tiempo soy consciente de la inutilidad y el sinsentido "racional" de mi ser. Sé que mi existencia no tiene valor trascendente alguno, y eso me hace sentir triste, y no sólo por mí, sino también por los billones de personas que han sufrido y sufren este irracional teatrillo existencial. Y quizás sea absurdo lamentarse del absurdo, no lo sé. En cualquier caso, este post se ha escrito sólo: sólo he plasmado los sentimientos que me provocaron ver la foto de esos dos desconocidos, y el hecho de saber que dentro de muy poco, yo también seré una especie de "fantasma" grabado en una foto.

Un abrazo, y gracias por comentar, Gendo.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Exacto, Samu: es absurdo lamentarse de ese absurdo. Sería igual de irracional, en principio, saltar de alegría por ese absurdo. Ahora bien, puesto que somos más felices saltando de alegría que lamentándonos, es racionalmente mejor alegrarnos: ¡qué jodida buena suerte hemos tenido al llegar a existir cuando no estaba previsto que lo hiciéramos!

Samu dijo...

Saludos, Jesús. Antes de nada, gracias por comentar. Es un placer saber que alguien como tú sigue (y que le interesa, espero :P) mi blog.

Cuando hablo de grotesco, ridículo y absurdo; sin duda lo hago de un modo subjetivo, como persona que soy (y, además lo escribo para que otras personas como yo lo interpreten). En ese sentido, creo que los adjetivos están bien utilizados.

Objetivamente hablando, pues es cierto que la posible falta de intención en el universo y sus leyes, hagan que carezca de sentido usar estas expresiones. Pero es que yo no intento salir del ámbito del hombre en este post. Como le digo a Gendo arriba, lo único que he intentado expresar con esta entrada, es el hecho de que sé que mi existencia no tiene valor trascendente alguno, y que eso me hace sentir triste(subjetivamente) por mí, por los míos, y también por los billones de personas que han sufrido y sufren este irracional teatrillo existencial. Y es este conocimiento lo que me hace pensar o sentir(subjetivamente) que la existencia es absurda y ridícula (también creo que cualquier otra persona podría compartir este sentir subjetivo mío a partir de los hechos que describo, pero ya eso es algo personal e intrasferible ;) ).

Un abrazo.

Samu dijo...

Jajajaja...eso es precisamente lo que Camus afirma al final de su magnífica obra "El mito de Sísifo". Él también se imagina a Sísifo feliz, aún a pesar de la consciencia de su absurdo destino. Y es cierto, yo comparto tu afirmación de que ante el absurdo es igual de válido el lamento como la alegría, o incluso la indiferencia. De hecho, normalmente yo elijo la indiferencia en mi vida diaria. Pero en un momento de bajón emocional (subjetivo y temporal xDD) no he podido evitar escribir esta entrada, en la que no he hecho más que empatizar con el sufrimiento de tantísima gente, sabiendo que todo ese dolor no fue para en concreto ("racionalmente" hablando). Me dio (y me da) pena.

Un saludo, amigo.

Miquel dijo...

Creo que viene a cuento mi entrada VIVIR que escribí a propósito de un artículo de Arcadi Espada. Como es corto lo reproduzco aquí:

"El periodista Arcadi Espada publicó ayer, 19 de marzo de 2015, en el periódico El Mundo un impecable artículo con el título Vivir.
De lectura absolutamente recomendable, se necesita leer varias veces para extraer toda la sabiduría y la emotividad que contiene. Les extraigo un fragmento del científico Douglas Hofstadter citado en el artículo:
«Cuando alguien muere deja una corona brillante detrás, un resplandor en las almas de quienes estaban cerca. Inevitablemente, conforme pasa el tiempo, ese resplandor se va apagando, y por fin se extingue, pero el proceso dura muchos años. Solo cuando también desaparecen los de alrededor y todos los rescoldos se enfrían, regresan de verdad el polvo al polvo y las cenizas a las cenizas».

Y estas impresionantes palabras de Arcadi:

"Todos llevamos un insondable arsenal genético que da cuenta del largo camino que ha hecho la vida biológica. La gran diferencia entre el hombre y el resto de los animales es que puede transmitir a sus descendientes no solo el color de los ojos sino también la razón de mil lágrimas vertidas".

Un saludo

Samu dijo...

Miquel, me alegro mucho de volver a leerte por aquí :).

Conmovedoras palabras las de Douglas Hofstadter, y también el fragmento de Arcadi Espada.

¡Gracias por comentar!

Anónimo dijo...

Me gustaría comentar alguna cosa, pero no dispongo de tiempo. Intentaré hacerlo mañana.

Pero quería comentar rapidamente la "solución" de Jesus Zamora, lo que me parece que viene a decir vamos , y que es la misma respuesta a toda interpelación metafísica que se escapa de sus esquemas positivistas, y que precisamente ironicamente pero amistosamente no me resisto a comentar:

¿Tiene la vida un sentido o no?

Solución típica de JZB : No se trata de que la vida tenga un sentido o no, se trata de que no tiene sentido hablar de la vida en esos términos.

En fin...

Un saludo a todos.


Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Exacto, Enric. Mientras no se demuestre lo contrario, el principio de parsimonia nos recomienda no aceptar la tesis de que la existencia del universo, o de la vida humana, son el tipo de cosas que necesitan tener un sentido. Siempre conviene recordar que es el que hace una afirmación sustantiva el que tiene la obligación de presentar las pruebas de lo que dice.
Saludos

Anónimo dijo...

Samu,

El sentido de la vida es una cosa que es propia y exclusiva del modo como está el hombre en la realidad. Es una cosa de nuestro ESTAR en la realidad y no de lo que lo que la realidad sea en y por si misma. El sentido es una “realidad neuronal y propiamente humana”.
No tiene sentido decir si lo que existe, o nuestra existencia por sí misma tiene sentido, del mismo modo que no tiene sentido decir que la pared es amarilla. En la realidad hay elementos, que se presentan en nuestro modo de ESTAR en la realidad como la “amarillez” de la realidad, pero la “amarillez” no tiene sentido sin seres que tienen un ESTAR particular en lo real. El sentido de la existencia y de toda la realidad de la que impelentemente debemos hacernos cargo, tampoco está en la existencia misma, ni en las cosas mismas; sino en el modo como sentimos estar al realizarnos desde ellas. Por tanto, el sentido de la vida es algo que “ocurre” en unas zonas muy concretas y pequeñas de nuestro universo, algo que se da exclusivamente en nuestra intelección que nos coactualiza estando en lo real.
¿Significa eso que quien se encuentra estando en una realidad con sentido o quien se encuentre estando en una realidad sinsentido, estén diciendo también algo exclusivo de la realidad al margen de ese ESTAR en ella?. Yo creo que no. La realidad humana no tiene sentido en si misma, sino en relación al modo como proyectivamente se hace cargo el hombre de ella, y eso depende de esa proyección y del “cuidado de Pastor” de ese hacerse cargo” (Muy hedeggeriano, me refiero a “la Sorge”).

Anónimo dijo...

sigo....

Por ejemplo: que uno no sea recordado , o que moriremos y todo acabará, o que estemos convencidos de que solo somos fruto de un universo misterioso que permite la existencia de la evolución por ejemplo de la que somos sus frutos pero que no permite nada de transcendencia; o que, como es mi caso, me proyecte sobre la realidad desde un Dios en el que creo pero que se da como silencio, silencio de Dios que da sentido a mi vida y que en cambio paradójicamente a un ateo le da evidencia absoluta de su no existencia, … son modos diferentes de estar en la realidad. Es decir, mi estar, el de Juan, el de usted, el del pastor de mi pueblo, son unos “absolutos locales” que difieren entre sí a pesar de estar formando parte de una misma realidad, realidad que es ajena al sentido que demos de ella en nuestros estares, pero que reclama ser tomada con sentido desde la perspectiva de esos “absolutos locales”. La “realidad ajena a nuestro modo de estar en ella”, no expresa en sí misma y por sí misma si la vida tiene o no un sentido, pues ni siquiera tiene sentido aplicarle un sentido al margen de nuestra respectividad existencial con ella. La gente, como Camus o usted mismo, que parecen exigir una transcendencia para que la vida tenga sentido, solo son un tipo de gente y un tipo concreto de sentido de vida el que expresan; pero no es toda la gente, ni todos los sentidos de vida. El modo personal de entender el sentido de la vida que usted tiene, y su ausencia en la realidad mundanal que usted percibe y racionaliza, es propio y respectivo a usted, a su estar, a su concepción particular acerca de un existir con sentido. Otros pueden , JZB por ejemplo si no le interpreto mal, estar de acuerdo con que nada hay transcendente y tal, y sin embargo, puede creer que se puede dar sentido a la vida desde una despreocupada parsimonia acerca de esos elementos.
En resumen: el sentido de la vida es algo que sólo tiene sentido respecto al ESTAR del hombre en el mundo, estar que es muy real y que no es ficción de nada (¿De qué podría ser ficción, respecto a qué puede ser ficción algo cuya existencia tiene una realidad sin correspondencia con lo “auténticamente real” ?), y no tiene sentido trasladar ese ESTAR, propio, concreto, biográfico, exclusivo, absoluto en cierta manera de un modo de estar existiendo, hacía algo que refiere al modo como es el mundo al margen de ese estar propio. No es el cómo son las cosas, sino como estoy yo proyectándome, en, con y desde las cosas desde mi estar coactualizado en ellas donde tiene sentido el sentido la vida, o sentido su sinsentido o sentido su indiferencia.

Un saludo.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Mecachis, Enric, no me hagas esto. Mira que tener que estar de acuerdo contigo en algo...
:-)

Samu dijo...

Hola, Enric. Gracias por su comentario. Me gustaría proponerle lo siguiente a ver qué le parece (intentaré ser breve):

Es cierto que hay (como usted dice) un estar en el mundo por cada persona (la subjetividad es incuestionable), pero también es cierto que existen hechos objetivos que todos los sujetos del mundo compartimos:

Esta objetividad nos dice lo siguiente:

1) Todos los seres humanos son conjuntos de moléculas que se han unido simplemente siguiendo ciertas leyes físicas autónomas.
2) Toda la entelequia del hombre parece ser fruto del funcionamiento físico de un sólo órgano material al que llamamos cerebro.
3) Teniendo esto en cuenta, se puede abogar por una semejanza (o incluso un límite o determinación) en el modo en que un hombre puede estar en el mundo.

Y ahora le digo yo. Como seres humanos que somos usted y yo (y que fueron mis bisabuelos), ¿comparte usted las siguientes afirmaciones conmigo (a grosso modo, sin entrar en matices epistemológicos ni cosas así)?:

4) Mis bisabuelos fueron personas como nosotros (con sus órganos y su cerebro), que tenían sólo ya por el simple hecho de ser, necesidades fisiológicas y mentales que DEBÍAN suplir.
5) Envejecieron, sufrieron una enfermedad, y terminaron muriendo. No sin antes estar obligados a luchar por sobrevivir, por alimentarse, por buscar recursos, por buscar pareja, por procrear y criar su descendencia (o por ayudar a los demás con todo esto indirectamente actuando en sociedad), y finalmente, tras un breve paso por la existencia, fueron desechados como seres (soma desechable) por el mismo proceso natural que los creo.
6) Todas estas necesidades, deseos, y deberes en sus vidas estuvieron dictadas desde el comienzo de su existir, por el modo en que sus cuerpos y cerebros fueron construidos paulatinamente por un proceso irracional evolutivo.
7) Como personas que fueron, probablemente temieron y sufrieron una muerte, que ya conocían a priori como segura.

Samu dijo...

sigo...

Creo (y espero) que comparta estas 7 afirmaciones conmigo. Y ahora le digo, ¿no se puede concluir lo siguiente de estos 7 puntos?:

8) La vida de TODO hombre no puede tener un sentido objetivo, puesto que TODO hombre es fruto de un proceso natural irracional (en cuanto que con este proceso no se persigue ningún fin racional o intencionado). Todo sentido "local o subjetivo" que cualquier hombre quiera dar a su vida, desde su estar en el mundo (como usted dice), está determinado o, o como poco, limitado por el modo en que nuestro cerebro evolutivo ha sido construido. Y además, como estamos intentando ceñirnos a los hechos, toda esa limitada subjetividad local nos sobra:

Los puntos anteriores son hechos objetivos, y OBJETIVAMENTE la vida de ningún hombre tienen ningún fin. También es objetivo y compartido por toda la humanidad el sufrimiento consciente. TODOS los hombres sufren y padecen, es algo impuesto en nuestro ser. Por lo tanto, es un hecho que mis bisabuelos existieron por y para nada (objetivamente hablando), y también es un hecho que, como personas que fueron, sufrieron y murieron sin ninguna finalidad o intención objetiva. En este sentido concreto se puede decir que fueron (y somos) "utilizados" por un proceso natural para llevar a cabo una "tarea" natural y espontánea pero nunca racional. Realmente existimos, pero nuestra existencia no es para nada concreto. Y realmente sufrimos, pero el sufrimiento no sirve para nada.

Comentar, por último, que es simplemente el contraste sentido entre ese deseo que todos llevamos de serie por dar y descubrir un sentido racional a nuestro padecer, sufrimiento y dolor, y el hecho objetivo que poseemos (desde Darwin) de que no existe ningún fin racional para nuestro ser ni para nuestro fatal destino (la muerte y la desaparición de todo rastro de nuestra existencia), lo que lleva a ese sentimiento (ahora sí subjetivo y personal) de absurdo (que por supuesto comparto con Albert Camus). Si a usted no le parece trágico, grotesco, o como poco absurdo este conocimiento objetivo de falta de intención existencial junto con la conciencia del dolor y el sufrimiento en el mundo, pues me parece bien. Lo acepto. Cada cual se consuela como puede dentro de sus localidad subjetiva: por cierto que, en concreto usted, Enric, se consuela con lo que Camus llamó el "Suicidio filosófico".

Mi consuelo (personal y subjetivo), por otra parte, consiste en el propio reconocimiento de este absurdo; del hecho de que no podamos dar cuenta racional para el dolor y el sufrimiento, ni para la muerte y la nada que nos espera. Ese reconocimiento me libera, puesto que me permite no dar valor ni estima a nada en absoluto. Nada tienen importancia, y no hay destino que no se venza con el desprecio. No se trata de saltar de alegría como afirma Jesús, pero sí de reírse con descaro y de jactarse en el absurdo. Todo es absurdo y ridículo, y se trata simplemente de vivir por vivir pero con una sonrisa de desprecio e indiferencia.

Por cierto, que el mejor modo de tener presente el absurdo, es haciéndolo presente con relatos como el que he escrito. En él me lamento, es cierto, no puedo evitar sentir lástima por el hecho de que descrito, pero también consigo consuelo mediante el refuerzo de mi sentimiento ante el absurdo de la existencia. Es una terapia muy similar a la que pueda seguir usted yendo a misa a escuchar cuentos escritos por alguien hace 2000 años.

Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...

Creo que, por más que entiendan el concepto, ninguna de las personas que escriben (escribimos) aquí, realmente experimenta el absurdo de la vida. Tampoco Camus, ni Schopenhauer. El mero hecho de expresarlo y comunicarse con los demás, indica alguna esperanza (que siempre es irracional) en el mundo y/o en la humanidad. Quizás sólo aquellos que ni siquiera se pueden levantar de la cama por una depresión profunda experimenten el verdadero vacío de la vida, quizás esa sea la forma más lúcida de vivir, el punto culminante de la racionalidad. Quizás el suicidio sea el único acto verdaderamente racional del ser humano.

Samu dijo...

Anónimo, ¿pero para qué acelerar las cosas? ¿qué se gana con eso? La vida quizás sea absurda; pero la muerte es segura, y la existencia muy breve: así que, ¿por qué no aprovechar y experimentar con ella? Hay muchas cosas buenas e interesantes que hacer antes de pasar a la historia.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Samu,

Es cierto que hay (como usted dice) un estar en el mundo por cada persona (la subjetividad es incuestionable), pero también es cierto que existen hechos objetivos que todos los sujetos del mundo compartimos

La distinción entre subjetivo/objetivo que realiza no me satisface, en tanto usted considera nuestro ESTAR en la realidad como algo exclusivamente subjetivo.
Por ejemplo, usted habla del dolor y el sufrimiento, que son cosas “objetivas” pero muy y muy de nuestro modo de estar en el mundo. Habla de los deseos y deberes de las vidas de sus bisabuelos que también son objetivas pero que refieren claramente también a ese ESTAR, que tanto me gusta utilizar a mí. Personalmente, y ya que no desea sea puntillosos con matices epistemológicos, déjeme decirle de pasada, que la coactualización de “la realidad fuera de mí” se realiza “en mí” y es algo que sólo puedo hacer desde mí y desde los modos formales de ese ESTAR que tanto utilizo.Pero que sea íntimo y formalizado desde nuestro estar, no significa que sea subjetivo, significa que la objetividad es heredera de un modo especial de estar, creo yo.

Dice: “La vida de TODO hombre no puede tener un sentido objetivo”.
Entendiendo por objetivo algo que se postula y corrobora de manera inconcusa como aquello que existe, al margen del modo como se relaciona con nuestra manera de proyectarnos, pero que se formalizada inevitablemente desde nuestra manera de estar en el mundo, en ese sentido SÍ. Es precisamente lo que digo: no puede tener sentido “objetivo,” ya que en esa “objetividad” (tal como la he definido muy a mi pesar) no se puede aplicar la noción de tener “sentido para la vida”. Es aplicar a aquello que hace referencia a nuestro modo de hacernos cargo de la realidad dentro de un proyecto existencial propio de nuestro ESTAR; a algo, que por definición está lógicamente al margen de poderle ser aplicable la categoría “tener un sentido de vida”.

Sigo…

Anónimo dijo...

…sigo

Luego dice: “como estamos intentando ceñirnos a los hechos, toda esa limitada subjetividad local nos sobra”
Entonces, si como dice sobra, usted no quiere hablar del sentido de la vida, quiere hablar de la “realidad objetiva”. En “la realidad que usted llama “objetiva” no hay sentido de la vida, ni poesía, ni arte, ni ganas de que el Barça gane la champions, o de ligarse a la vecina del quito, ni todo lo que expresa usted en esta entrada….eso son realidades que refieren a nuestro modo de estar en la realidad.

Afirma, que ese ESTAR está ocasionado y determinado por la realidad física allende lo que para usted es una “subjetiva-localidad-neuronal”. Bien, yo eso no lo discuto ahora, más bien eso es algo bastante obvio. Sea así, incluso de la manera exacerbada con que usted suele expresarlo, no importa. Eso no modifica un ápice mi argumento.

Resumiendo:

El hombre está en la realidad, instalado en la realidad, y está constantemente actualizando su existencia desde la realidad en la que está. Para realizarse, debe proyectarse inevitablemente haciéndose cargo de esa realidad en la que está. Estamos siempre acutalizándonos en la realidad y dándole fines y propósito al coactelizar nuestro proyectarnos en ella.
Usted dice, si no le entiendo mal, que el conocimiento “objetivo” que tenemos en la actualidad acerca de qué somos y como es el mundo (especialmente tras Darwin, dijo) es imposible hacerlo compatible con proyectarse con sentido de vida. Pero eso es siempre algo que se hace interpretando la supuesta “realidad objetiva” desde los propósitos que sentimos, esbozamos y construimos desde ella. NO tiene sentido, creo yo, decir que ”la vida no tiene sentido y eso nos lo muestra objetivamente la “realidad objetiva”” , pues tener sentido refiere también y muy especialmente al modo como proyectamos nuestra existencia para realizarnos.

Un saludo

Samu dijo...

Saludos de nuevo, Enric.

A ver si me aclaro: ¿puede usted decirme una razón o sentido (no biológico) por el que (y para el que) mis bisabuelos vivieron, lucharon, sufrieron, envejecieron, murieron y desaparecieron de la realidad por completo?

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Samu,

No. No puedo. ¿Por qué tendría que poder?

El estar humano es un estar del animal humano, y el animal humano como todo animal es un ente biológico. Sentimos e inteligimos la realidad, y le damos sentido, siempre desde el modo propio del sentir del animal concreto que somos. Nuestro modo de hacernos cargo de la realidad para realizarnos desde ella, es una necesidad biológica. La cultura es también en sentido extenso y laxo del término biología, aunque sea una biología que no puedan estudiar los biólogos actuales, parece ser una extensión de aquello que sí pueden estudiar.

El sentir y estar del hombre en la realidad, es un sentir y estar biológico, claramente somático y lleno de impelencias propias de su origen biológico-evolutivo. El hombre es un ser que está arraigado estructuralmente y originariamente en lo biológico-evolutivo. Nuestra percepción, nuestros sentidos, nuestro modo de apertura al entorno, nuestro modo de hacernos cargo de ese entorno, nuestras relaciones con el otro, nuestra conciencia, nuestros miedos, nuestras percepciones, nuestras necesidades, nuestras religiones, nuestros modos de conocer y entender el mundo, nuestra manera de disfrutar y llorar, nuestras teorías científicas, nuestros poemas, nuestros dolores y sufrimientos, nuestras esperanzas, nuestras ficciones, nuestros sueños, sentimientos… están estructurados y arraigados en nuestra biología. Son propios del ser biológico que somos. Estamos enraizados y estructurados biológicamente de pies a cabeza. Los semitas contemporáneos de Jesús de Nazaret, por ejemplo, creían en la resurrección de los CUERPOS, no en la resurrección de las ALMAS. No eran dualistas, pero ya “sabían” a su manera, que “el alma” es cuerpo, es biología.

Por tanto, no creo que el sentido de la vida que se deriva del modo como la impelencia y noergia que la realidad biológica se instaura en nuestro ESTAR, sea posible establecerse al margen de tal biología. No creo pues, que se pueda establecer en última instancia un sentido de “nuestra vida” al margen de lo biológico. Todo lo que hagamos es humano y humana es toda medida de lo que digamos y pensemos; estoy convencido de ello, aunque más de una burla recibo por este convencimiento. El sentido también es humano. Y como un humano, que yo sepa, es una ser estructurado y configurado por los procesos biológico-evolutivos que nos constituyen como la especie animal concreta que somos, no veo forma de cómo dar sentido a la realidad en la que sentimos estar, al margen de la biología, si precisamente ese sentir y estar que es referencia de nuestro dar sentido, es proporcionado por nuestra biología.

Un saludo.

Samu dijo...

Totalmente de acuerdo con todo su comentario, Enric.

Así pues: ¿no le parece absurdo que un ser racional no sea capaz de dar una razon, que ansía por naturaleza, a su breve y tortuoso paso por la existencia?

Un saludo.

Anónimo dijo...

·Así pues: ¿no le parece absurdo que un ser racional no sea capaz de dar una razon, que ansía por naturaleza, a su breve y tortuoso paso por la existencia?

Yo me considero racional y sí que he dado o me he topado con una respuesta de esas. No soy el único. Yo siento la vida llena de sentido. Tal vez mi sentido de lo racional no coincida con el suyo.

Decía Martín Descalzo en referencia a aquel que da "sentido irracional" a mi vida, Jesús de Nazaret:

Él asegura que, creyendo en él, el hombre salva su vida e, ignorándole, la pierde. Este hombre se presenta como el camino, la verdad y la vida . Por tanto -si esto es verdad- nuestro camino, nuestra vida, cambian según sea nuestra respuesta a la pregunta sobre su persona. ¿Y cómo responder sin conocerle, sin haberse acercado a su historia, sin contemplar los entresijos de su alma, sin haber leído y releído sus palabras?

Yo he hecho eso que se dice en la última pregunta durante casi toda mi vida, y puedo dar testimonio de que desde ÉL la vida está llena de sentido.

Puede escuchar, si te apetece, el texto completo de Martín Descalzo (es una introducción a los libros que escribio sobre Jesus de Nazaret). No está a la altura de su nivel intelectual, pero merece escucharlo creo yo, y mejor leer los tres tomos que escribió.

https://www.youtube.com/watch?v=pddq-wok6ho

un saludo.

Samu dijo...

Ese sentido del que usted habla, que en mi opinión es totalmente irracional, me parece simplemente una abdicación de la razón en busca de consuelo. Albert Camus, en su trabajo sobre la filosofía del absurdo, catalogó su postura como la del "suicidio filosófico": una renuncia desesperada en busca de cobijo ante el sinsentido y el fatal destino que rodea nuestra existencia.

No le culpo. Más bien le envidió. Ya me gustaría poder dejarme engañar con cuentos y promesas imaginarias.

Un abrazo, amigo.

Anónimo dijo...

Combatir el absurdo de la existencia apelando al absurdo del carpintero judío, es doblemente absurdo y es una impostura de la propia existencia.
Es exactamente igual que creer en el dios mono hindú. El hecho de que existan desde siempre esta clase de creencias para sobrellevar la carga de la vida, no hace más que reafirmar las razones de los filósofos pesimistas.

Anónimo dijo...

Cosas buenas en el sentido ético, ninguna, salvo la propia aniquilación. La mera existencia del hombre ha demostrado ser una calamidad para su prójimo, para los animales, las plantas y el planeta en general.
El ejemplo clásico es el del hombre blanco que se va a Africa a tranquilizar su conciencia ayudando a paliar el hambre y la enfermedad. Pues, mejor sería que se matase. Como hubiera sido mejor para los negros africanos si la civilización occidental hubiese cometido un suicidio masivo, antes que pisase su tierra.
En cuanto a las cosas interesantes para hacer, como nihilista y escéptico, bien sabes que el conocimiento humano tiene estrechos límites. Poco nuevo habrá que decir en términos científicos y filosóficos. Quizá lo interesante será ver el desarrollo de las nuevas tecnologías para lavar cerebros y destruir al planeta completamente.
En cuanto a la vida corriente, como schopenhaueriano, sabes que el futuro nos deparará con certeza cansancio, molestia, trabajo, dolor, frustración, decepción y necesidad, a cambio de unas migajas de placer, bienestar o autocomplacencia que no compensan en lo absoluto.
En fin, un saludo.

Anónimo dijo...

Anónimo,

Combatir el absurdo de la existencia

Yo no combato el absurdo de la existencia, simplemente no lo siento desde mi creencia.

apelando al absurdo del carpintero judío

Yo no apelo a Jesus de Nazaret para mostrar que la vida tiene un sentido, sino para indicar que tiene un sentido en aquel que cree en Él, concretamente en mí. Eso que decía Pascal: “el corazón tiene razones que la razón no entiende”. Por tanto, si el que cree en Él da sentido a su vida, y lo experiencia así en su estar y en su proyectarse en la realidad, no hace sino que decir que esa es una razón para su estar existencial, personal e íntimo, es una transformación local e íntima que hace que la razón se empequeñezca respecto a la sinrazón de la creencia. Y en vez de proyectarse en la vida exclusivamente desde la razón, lo haga desde esas sinrazones. Dicho de otro modo, la razón es poco importante, poco privilegiada, y queda supeditada a las sinrazones de la creencia y la fe. No es tanto un suicido de la razón, es más bien un quitar su centralidad en la realización existencial de uno, darle su rincón y uso aledaño, y dejarla supeditada a la locura de la creencia. La razón complementa a la fe, pero ya no manda. El estar existencial de uno, abandona la razón como eje privilegiado de realizarse existencialmente. Se ve más razonable ser irrazonable.
Eso mismo es lo que no he parado de argumentar, que el sentido de la existencia es respectivo al modo como nos proyectamos en la vida, y que fuera de ese ámbito de proyección no hay sentido alguno acerca del sentido de la vida. Tampoco hay sentido del sinsentido.
Solo doy testimonio personal, soy consciente que eso es a ojos de ustedes es mera locura. Disculpen a este loco y su testimonio absurdo.

Samu,

No le culpo. Más bien le envidió. Ya me gustaría poder dejarme engañar con cuentos y promesas imaginarias.
Pues en eso yo soy menos comprensivo con usted qué usted conmigo : ) . A mí lo que no me gustaría es dejarme engañar y seducir con cuentos y certezas imaginarias exclusivas del modo de entender la vida desde la exclusividad racional.

saludos y disculpas por el rollo "cristiano".



Samu dijo...

Enric:

"Y en vez de proyectarse en la vida exclusivamente desde la razón, lo haga desde esas sinrazones. Dicho de otro modo, la razón es poco importante, poco privilegiada, y queda supeditada a las sinrazones de la creencia y la fe."

La creencia no sale de la nada. Lo que usted crea o deje de creer, está determinado (o como poco limitado), por su origen biológico. Por lo tanto lo único que en mi opinión hace usted dejándose llevar por esas ideas indemostrables, es seguir instintos naturales y biológicos programados en su cerebro, los cuales le instan a pensar como cierta, cualquier cosa que lo hagan sobrellevar mejor la vida mientras obedece usted los mandatos biológicos.

De haber nacido en otra parte del mundo, se habría consolado usted con el hinduismo, el judaísmo, o con el Dios de una tribu cualquiera; si llega a nacer en otra época, se habría consolado con los Dioses Griegos o Romanos, con los Dioses Celtas o Vikingos, etc.

El acto de creer, es un acto impulsivo e innato, que nace de la necesidad y la desesperación humana por buscar sentido y consuelo, a una existencia cruel y absurda. Abandonar la razón y dejarse llevar por la creencia, no es más que una renuncia de facto (un suicidio, insisto xD) ante el imposible de conseguir consuelo racional.

"saludos y disculpas por el rollo "cristiano"."

En absoluto. No tiene que pedir disculpas por nada. De corazón le digo que me encantaría poder creer en esas historietas (en las de cualquier religión). Pero no puedo, así que lo más parecido que tengo para consolarme, es la aparente mortalidad de mi ser, y el hecho de que todo acaba tras un breve paso por esta cosa rara que es el mundo. No espero ni deseo una vida más allá de esta (¡y mucho menos eterna!). Porque, si tengo que creer en algo, es en que mis bisabuelos tuvieron una breve existencia, que lucharon y cumplieron con un absurdo y sinsentido objetivo biológico, y que volvieron al descanso de la nada de la que nunca debieron haber salido.

Un abrazo, Enric.

Samu dijo...

Anónimo:

"En cuanto a la vida corriente, como schopenhaueriano, sabes que el futuro nos deparará con certeza cansancio, molestia, trabajo, dolor, frustración, decepción y necesidad, a cambio de unas migajas de placer, bienestar o autocomplacencia que no compensan en lo absoluto."

Sin duda, pero es que la rebeldía yo creo que lo único que hace es añadir más sufrimiento para nada en concreto. Somos lo que somos, y las cosas son como son, hay que aceptarlo y hacer lo que se supone que debemos hacer. Si nos empeñamos, como pretendía Schopenhauer, en llevar la contraria a nuestro ser, lo único que conseguiremos es más dolor.

Es mejor dejarse llevar, tomar las migajas de placer cuando sea posible, y esperar la vuelta a la nada mientras experimentamos un mundo que, no por absurdo y cruel, deja de ser interesante y curioso. El ratito de existencia que vamos a tener, no merece la pena pasarlo refunfuñando y negando; todo pasará deprisa y no me parece que sea reprochable dejarse llevar por la naturaleza, y esperar el fin experimentando sin resentimientos.

No sé, es mi opinión.

Anónimo dijo...

Samu,

Pero el asunto no es que razone desde su perspectiva sobre mi creencia, que ya le dije que es obviamente locura. San Pablo decíaSan Pablo, refiriéndose a la cruz: "es locura para los gentiles y escándalo para los judíos ": lo interesante para usted aquí, creo yo, es que piense si es un error intentar poner la noción "sentido de la vida" en la "realidad objetiva". Si con ello no está cometiendo un error. Por ejemplo, cuando dice que "Abandonar la razón y dejarse llevar por la creencia, no es más que una renuncia de facto (un suicidio, insisto xD) ante el imposible de conseguir consuelo racional", utiliza la expresión "consuelo racional", y el consuelo no es algo racional, es como usted bien dice una realidad sentida desde los parametros propios de la biologia. LA razón queda al margen ante el consuelo. O cuando dice "cualquier cosa que lo hagan sobrellevar mejor la vida mientras obedece usted los mandatos biológicos". Significa que el " sentido de la vida" no se halla en las razones que aporta la razón, como bailar, jugar a tenis, escribir un poema, o fumarse un porro... Cuando alguien tiene muchas ganas de orinar lo que siente es una impelencia enorme de poder encontrar un lugar donde poder hacerlo, esa impelencia es puramente biologica, nadie razona así: "Eso de tener ganas de orinar es absurdo, no tiene ningun sentido, es puramente una determinación de la biologia, es lo mismo orinar que no desde un punto de vista racional, estamos determinados de pies a cabeza, ese impulso no viene de nosotros, es un absurdo....". No hacemos eso, porque no somos algo que está en la realidad como lanzados desde fuera a ella y puestos a razonarla. Estamos instalados y arraigados en ella, y nos coactualizamos en ella. Somos en ese momento ganas de orinar y busqueda impelente de poder hacerlo en algún lugar permitido. En otros somos esperanza, o dolor, o impulso sexual, o sed, o alegria...Preguntarse por el sentido de la vida es aplicar eso que es válido para impelencias de ese estilo a algo que refiere al todo, que refiere a mi estar en la perspectiva del "ojo de DIos" creyendome alejado de la realidad que me hace ser y necesito para ser en mi realizarse desde ella, invoca a algo así como al "sentido último de la existencia". Peo decir "sentido último" , NO TIENE NINGUN SENTIDO, eso es aplicar una noción donde no se debe. Creo yo.

un saludo.

Samu dijo...

Enric:

"utiliza la expresión "consuelo racional", y el consuelo no es algo racional,"

Aquí me refería a un consuelo que llegue desde la razón objetiva. Por ejemplo, sería un consuelo si fuésemos capaces de conocer objetivamente una intencionalidad para el mundo y para la vida del hombre (si esa intencionalidad fuese agradable, claro :P). Pero no podemos, y por lo tanto hay que buscar sentido en otro lugar: en concreto usted lo busca en la creencia irracional e instintiva: se cree un montón de historias que le han contado y que se ajustan a lo que usted necesita para sentirse mejor (del mismo modo que se siente mejor tras orinar).

"no somos algo que está en la realidad como lanzados desde fuera a ella y puestos a razonarla. Estamos instalados y arraigados en ella, y nos coactualizamos en ella."

Poseemos conciencia y raciocinio, lo que nos permite realmente comprender la realidad desde fuera de nuestro propio ser. A parte de mis sentimientos y de mis necesidades biológicas, yo puedo estudiar el mundo de un modo objetivo. Puedo estudiar cómo fue, es, y será el universo aún sin que haya humanos en él. Dejar de lado esta capacidad de objetivar, y centrarse en sentimientos innatos biológicos, es una renuncia, mucho que a usted le pese.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Samu,

Aquí me refería a un consuelo que llegue desde la razón objetiva

El consuelo no llega desde la razón objetiva, en todo caso viene del modo como usted interpreta dentro de su proyección existencial la necesidad de “objetividades” que tal supuesta razón establezca.

Por ejemplo, sería un consuelo si fuésemos capaces de conocer objetivamente una intencionalidad para el mundo y para la vida del hombre

O no. De todas formas, la “intencionalidad-para-el-mundo” es aplicar el término intencionalidad a algo que no tiene sentido aplicárselo. La intencionalidad-para-el-mundo sólo es aplicable, y no me canso de repetirlo aunque usted haga oídos sordos, al modo como estamos en el mundo, no al mundo objetivo que mostremos desde nuestra “racionalidad objetiva”. La demostración del teorema de Pitágoras es propia de una “razón objetiva” pero el sentido que uno puede experimentar al realizarla refiere a nuestro modo de estar en su realización, y no al teorema de Pitágoras y su demostración en sí. A la demostración-en-sí “se la repantifla” el sentido que le demos, y ese sentido no vamos a descubrirlo él (experenciarlo en uno desde nuestro estar en el mundo, no desde nuestro modo objetivo de describir el mundo).

si esa intencionalidad fuese agradable, claro

Usa el término agradable. Es decir X no tiene en sí mismo “agradabilidad”, sino que esa agardabilida se halla en nuestro sentir agrado. Eso es lo que no paro de decirle, que el sentido de la vida es como la “agradibilidad”.

Pero no podemos, y por lo tanto hay que buscar sentido en otro lugar

Pero no es necesariamente búsqueda en otro lugar. La búsqueda de sentido es previa al sentido que usted le da a la búsqueda, a saber, el ser búsqueda exclusivamente elaborada desde, por, y en la “racionalidad objetiva”. El sentido de la vida se busca aquí, allí, desde aquí y con aquello de allá... no desde la entificaciones que realicemos de la realidad realizadas por la racionalidad objetiva; eso si acaso, es el sentido (uno entre otros) que experimentamos desde, con y por “la racionalidad objetiva”, pero la búsqueda de sentido es previa a la reflexiones racionales sobre el mismo. Como estas últimas no dan sentido, y repito, no pueden darlo pues están aplicándose a algo que de por sí no puede ser establecido desde su ámbito de aplicabilidad; usted parece creer que todo lo demás es consuelo posterior absurdo, y eso me parece un error de análisis de lo que hay. El sentido que doy a mi vida yo, por ejemplo, no es ocasionado por qué no puedo dar sentido a la vida AL MODO COMO USTED usted le gusta que se dé sentido a la vida. Yo no encuentro en ese modo que usted exige para dar sentido a la vida interés alguno para darle sentido, lo encuentro de interés para muchos otros ámbitos, pero me parece un despróposito para el ámbito de nuestra discusión. No renuncio, ni asesino a mi razón. La razón objetiva no es la razón de mi vida, y tampoco creo que sea la de nadie. Las razones de la vida son previas a las razones propias de una vida donde se hace eje central de todo sentido la “razón objetiva”. Usted confunde la realidad en la que estamos, con la realidad objetivada desde un modo particular de estar, a saber, objetivando racionalmente tal realidad (desde un tipo particular de racionalidad además).

Sigo...

Anónimo dijo...

del mismo modo que se siente mejor tras orinar

Exactamente, eso es lo que digo. Entiéndase la metáfora. El sentido de la vida para alguien que se está orinando es poder orinar, no buscar “razones objetivas” que den sentido a esa impelencia y descubrir que no tiene sentido desde ellas orinar

Poseemos conciencia y raciocinio, lo que nos permite realmente comprender la realidad desde fuera de nuestro propio ser

NO. La comprendemos desde nuestro ser, y eso es evidente. Comprender son movimientos intelectivos propios de nuestro ser, realizados desde nuestro ser...nuestra racionalidad y conciencia está anclada en nuestra formalidad biologica-evolutiva, que es local y “muy neuronal”.

yo puedo estudiar el mundo de un modo objetivo

Claro. Pero es usted, o Juan, o la humanidad quien lo hace, no una supuesta perspectiva que está desanclada de la perspectiva del ANIMAL humano. Esa supuesta objetividad esta dentro del cerco de lo humano.

Puedo estudiar cómo fue, es, y será el universo aún sin que haya humanos en él

Pero la objetividad es una manera de estar, que hay que aprender, no el modo en que estamos, sino el que postulamos como adecuado y válido. Lo cual significa que hablamos de la realidad como si no estuviéramos en ella, pero lo hacemos inevitablemente desde el modo en que estamos, sentimos, vemos, interpretamos, corraboramos…en definitiva desde el modo formal en que se nos da lo real.
Pero al margen de eso, respecto al sentido de la vida, precisamente es donde menos se puede uno “verse desde fuera”. El “verse desde fuera” es precisamente eliminar como posibilidad toda especulación acerca del “sentido de la vida”, eso es utilizar la razón para negar la vida, la realidad en la que estamos. Usted me acusa de asesinar a la razón, yo de asesinar a las impelencias de la realidad en la que está en aras de una realidad construida como objetividad.

Dejar de lado esta capacidad de objetivar, y centrarse en sentimientos innatos biológicos, es una renuncia, mucho que a usted le pese.

Que no, que no es renuncia, es conciencia clara de que la “racionalidad objetiva” está fuera de su ámbito de aplicabilidad en cuanto a la noción acerca del sentido de la vida nos refiramos. Y no es centrarse en los sentimientos, sino en la realidad de esos sentimientos.

NO me pesa nada. ¿¿¿??? ;-)

Saludos,

Samu dijo...

Amigo, Enric.

Dice usted:

"Claro. Pero es usted, o Juan, o la humanidad quien lo hace, no una supuesta perspectiva que está desanclada de la perspectiva del ANIMAL humano. Esa supuesta objetividad esta dentro del cerco de lo humano." "la objetividad es una manera de estar, que hay que aprender, no el modo en que estamos, sino el que postulamos como adecuado y válido"

Pero se olvida usted que somos animales que surgen de un proceso natural independiente y anterior a cualquier sujeto. De modo que esa realidad que existe más allá del hombre (en cuanto que lo precede en su aparición, lo sustenta en la actualidad, y probablemente lo sobrevivirá tras su desaparición) la podemos estudiar como "si realmente viésemos a través de ella", precisamente porque es esa realidad no-subjetiva la que nos ha dado el don de la razón. Es decir, que ese postular como adecuado y válido del que habla, no es arbitrario, sino que está relacionado directamente con la realidad anterior a nuestra creación evolutiva (de otro modo nuestra especie habría desaparecido del mundo). En ese sentido, sí podemos estar seguro de que lo que llamamos conocimiento objetivo no es sólo una subjetividad compartida por toda la humanidad, sino que es algo más: no necesitamos un "ojo de Dios" para postular cómo fue o será el mundo sin el hombre (en realidad, se puede decir que vemos a través el "ojo" que la evolución nos otorgó).

Un saludo.

Anónimo dijo...

Samu,

Pero se olvida usted que somos animales que surgen de un proceso natural independiente y anterior a cualquier sujeto

Y un churro, en ningún momento me olvidé de eso. Dije específicamente que estamos arraigados e instalados en una realidad que no es dada de cierta manera, por nuestra historia de animales que han evolucionado. Más claro no lo puedo decir. No caemos del cielo sino que venimos de una realidad previa que nos constituye y de la que dependemos, nuestro modo de razonar también. Nuestro sistema cognitivo, sólo puede inteligir desde el modo formal como la evolución le ha dado, para ciertos fines y propósitos muy particulares y que son bastante ajenos, por ejemplo, para conocer si la vida tiene sentido. Por eso, todo lo que pensemos está “somatizado”, es “enactivo”, es autopoyético, y está estructurado biológica y culturalmente. Por eso para realizarnos debemos hacernos cargo de la realidad tal como no es dada anuestro sistema cognitivo, y de los instrumentos culturales que como prótesis cognitivas utilicemos. Pero que esté formalizado desde nuestro modo propio de “monos recién bajados de los árboles” y cierta cultura, no significa que lo que conozcamos sea mera subjetividad, ya se lo dije, o mero consenso acordado para fines puramente humanos. Podemos hacer de nuestra perspectiva, una perspectiva que llamamos objetiva, a saber, aquella que se conforma y ajusta, no a nuestros deseos o caprichos, sino al modo impelente y noergico con que se abre en nuestra formal manera de inteligir la postulada y ratificada realidad allende. Esa perspectiva es la propia, por ejemplo, de la ciencia.

Es decir, que ese postular como adecuado y válido del que habla, no es arbitrario, sino que está relacionado directamente con la realidad anterior a nuestra creación evolutiva (de otro modo nuestra especie habría desaparecido del mundo)

No dije que fuera arbitrario. Que algo sea postulado desde nosotros no significa que sea subjetivo y exclusivo de nuestra realidad humana. Mirar desde mí, no significa que lo que miro sea exclusivamente algo mío. Tener una perspectiva del mundo no significa que todo sea subjetivo. Yo no dije tal cosa en ningún momento. Lo que digo, es que todo lo que postulemos, conozcamos, elaboremos, creamos objetivo, lo hacemos bajo la formal manera de animales recién bajados de los árboles que somos. Por eso no hay “ojo de Dios” sólo “ojo evolutivo”, o “ojo evolutivo lleno de prótesis culturales”
Y le acuso, de que hace del “ojo evolutivo y sus prótesis” un “ojo de dios”, aunque diga lo contrario, en tanto crea que “la realidad objetiva” (la que metafóricamente califico como la que vería el ojo de un supuesto dios que está transcendiendo la realidad) es posterior y elaborada desde “la realidad que no es dada por la evolución” (la que formalizamos y entendemos desde la manera que la naturaleza nos ha dado). La trasnparencia que presupone que nuestra razón puede lograr acerca de la realidad allende , por el hecho de ser un “don” de esa realidad allende, es pura ficción. Más que transparencia, lo que hay, es un ir palpando con nuestro bastón de ciegos.

sigo...

Anónimo dijo...

...sigo

En ese sentido, sí podemos estar seguro de que lo que llamamos conocimiento objetivo no es sólo una subjetividad compartida por toda la humanidad, sino que es algo más

Exactamente. Pero “algo más” no es lo mismo que “ver realmente a través de ella”.

no necesitamos un "ojo de Dios" para postular cómo fue o será el mundo sin el hombre (en realidad, se puede decir que vemos a través el "ojo" que la evolución nos otorgó

Eso dije yo. Que no hay conocimiento “objetivo” en su sentido (no hay ojo de dios), si acaso modos de cómo podemos usar el “ojo evolutivo” para dar cierto sentido (sentido establecido "aquendemente") a nuestra humanidad como viéndose desde fuera. Como si el aquende postulado como objetivo y ratificado desde el mismo aquende, bajo la noergia del allende, fuera ya el allende… Y los pajaritos cantan y las nubes se levantan.

un saludo

Samu dijo...

"Y le acuso, de que hace del “ojo evolutivo y sus prótesis” un “ojo de dios”, aunque diga lo contrario, en tanto crea que “la realidad objetiva” (la que metafóricamente califico como la que vería el ojo de un supuesto dios que está transcendiendo la realidad) es posterior y elaborada desde “la realidad que no es dada por la evolución” (la que formalizamos y entendemos desde la manera que la naturaleza nos ha dado). La trasnparencia que presupone que nuestra razón puede lograr acerca de la realidad allende , por el hecho de ser un “don” de esa realidad allende, es pura ficción. Más que transparencia, lo que hay, es un ir palpando con nuestro bastón de ciegos." Exactamente. Pero “algo más” no es lo mismo que “ver realmente a través de ella”.

De acuerdo, puede que no sea exactamente lo mismo mirarnos a través del "ojo evolutivo" que si lo hiciéramos a través de un supuesto "ojo" trascendente, pero aún así, posiblemente sea una buena aproximación. Y en realidad, para lo que se de debate en esta entrada, con eso basta. Entiendo así de sus comentarios, que estamos de acuerdo en que podemos estudiar objetivamente la realidad (aunque sea de un modo desenfocado y no absolutamente nítido). Pues bien, lo que vemos es lo siguiente (voy a usar sus expresiones de dentro y fuera):

Desde "fuera" vemos partículas moviéndose obedeciendo ciertas regularidades físicas, y nos vemos a nosotros como un producto espontáneo y natural de esas mismas leyes. Y nada más, ni intención ni razón ni sentido para nada: sólo leyes autónomas.

Desde "dentro" nos vemos sufrir y padecer dolor, enfermedad, necesidad, hastío, y comprendemos la certeza de una muerte temida, y la posterior desaparición de todo rastro de nuestro ser. Y podemos inducir, sin mucho miedo a equivocarnos, que estos mismos sentimientos y pesares han sido y son compartidos por toda la humanidad pasada y presente.

El absurdo aparece cuando se contrastan las afirmaciones de lo visto desde dentro y lo observado desde fuera: es ridículo que toda la lucha y la vehemencia de nuestras vidas, y de las vidas de los billones de personas que ya padecieron y desaparecieron, no sirvan para ningún fin que podamos observar desde fuera. Desde fuera no somos más que máquinas moleculares que obedecen leyes termodinámicas. Para hacer un símil, podemos decir que somos algo similar a ese asteroide girando vehementemente alrededor del Sol. Si el asteroide pudiese razonar sobre su misión en el mundo, también vería el absurdo de su tarea autónoma. De ahí surge precisamente el sentimiento de absurdo: cuando un ser racional descubre que su existencia temporal no se debe a razones independientes, y que tampoco persigue una finalidad o intención independiente.

Lo que usted hace para superar ese sentimiento de absurdo, es simplemente inventarse esa razón trascendente y una finalidad trascendente. Para mí eso es, insisto, hacer trampas. Pero claro, usted elige la historieta que le conviene. Porque tan válida es su historieta cristiana, como pudiera ser el Dios redentor de Mainlander, o el pastafarismo; pero no, usted se cree lo que le conviene (su ojo sí que es nítido al respecto :P), no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad XDD...

Un saludo.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Samu,

Lo que usted hace para superar ese sentimiento de absurdo, es simplemente inventarse esa razón trascendente y una finalidad trascendente. Para mí eso es, insisto, hacer trampas

Pero aquí no importa mi opción, ni mi particular experienciación de tal opción. Eso sólo es un ejemplo de como el sentido de la vida no se establece desde la racionalidad objetiva. No he parado de decir que eso es algo íntimo y propio, y que no es racional pues la razón no pinta mucho en esos filtros, es a-racional, al margen de lo racional que no i-rracional. Pero vamos a lo que importa, que no soy yo ni mi locura:

La historieta que escojo yo, o cualquier otro, es una historieta que se escoge desde razones que no son las propias de aquello que permite entender como podemos describir la realidad allende. Decir que somos nada más que moléculas que siguen procesos termodinámicos, no dice nada acerca de nuestro ESTAR en la realidad. La ciencia, tal vez consiga explicar ese ESTAR, pero de momento no lo hace, solo muestra como ese estar depende de factores X . Yo estoy presuponiendo que es así, como si ya tuviéramos teorías “objetivas” que explicasen como desde el modo como entendemos la realidad allende somos capaces de entender y definir el como de la realidad aquende. Dicho esto:

Lo único que trato de mostrar es que decir que somos un conjunto de moléculas que siguen procesos termodinámicos, no es lo que es el ESTAR en que estamos. NO es en la realidad que sentimos y juraríamos estar. Eso de ser moléculas que siguen procesos termodinámicos sirve tanto para nosotros como para una piedra, el sol, un pino o un conejo...lo que digo es que esa realidad molecular con que describe al hombre, no describe el ESTAR del hombre. Y suponiendo que "describiese ese estar aquende", (que eso no lo estoy negando ahora como posible), entonces digo, que en ese "aquende descrito desde el allende" es donde habría que poner la noción "tener sentido de vida". NO en las moléculas, ni en la termodinámica...sino en el ESTAR que esas moléculas y esa termodinámica nos hacen ESTAR. Ese estar es tan REAL como REAL sean esas moléculas. ¿Por qué no habrían de ser real?. Usted, como se posiciona desde fuera, ve que usted sólo es moléculas siguiendo un proceso termodinámico, pero esa no es la realidad en la que usted está, usted está en la realidad que generan si acaso eso procesos termodinámicos y moleculares, lo cual es muy diferente. Usted confunde su realidad con la realidad objetiva anclada en la que está. Su estar no es de conejo, ni de libélula, ni de pino, ni de piedra o estrella de neutrones, es un ESTAR HUMANO, y es en ese ESTAR HUMANO donde hay que poner el sentido de la vida humana. Usted, por ejemplo, no está poniendo el sinsentido de su vida en la realidad objetiva acerca de su estar (los procesos moleculares y tal que nada dicen de ello), sino en el ESTAR de su realidad objetiva, es decir en su existencia que interpretan eso como un sinsentido.

Dicho con una metáfora: las reglas que describen el movimiento de las piezas de ajedrez no sirven para describir porque encontramos sentido a jugar al ajedrez. El sentido, el sinsentido que alguien puede encontrar en el juego del ajedrez no se pueden especificar con las reglas del juego, sino como diría Wittgenstein con una "forma de vida".

Un saludo.

Samu dijo...

Hola, Enric:

"No he parado de decir que eso es algo íntimo y propio, y que no es racional pues la razón no pinta mucho en esos filtros, es a-racional, al margen de lo racional que no i-rracional."

Al margen de la razón, el hombre sólo tiene el instinto: heurísticos programados evolutivamente en su cerebro. Eso de lo a-racional se lo saca usted de la manga.

"La historieta que escojo yo, o cualquier otro, es una historieta que se escoge desde razones que no son las propias de aquello que permite entender como podemos describir la realidad allende."

No son razones las que se usan para escoger una historieta concreta, sino el dejarse llevar por el instinto de necesidad y consuelo. Lo que mejor se adapta a su necesidad(evolutiva) es lo que finalmente se cree. ¿Por qué no cree en lugar de en su Diosito de amor y buen rollo, en el Dios redentor de Mainlander? Pues porque sus instintos no se lo permiten: prefiere tener un padre esperándolo en un paraíso y bla, bla,bla.

"Usted, como se posiciona desde fuera, ve que usted sólo es moléculas siguiendo un proceso termodinámico, pero esa no es la realidad en la que usted está,"

Claro que sí. De hecho yo soy parte de esa realidad externa y no algo independiente. Cualquier cambio molecular en mi cerebro (drogas, lesiones, etc.) me harán percibir cosas distintas e incluso inhibirán parte de mis facultades mentales. De modo que lo que veo cuando me posiciono fuera es lo que da origen a mi ser y lo que condiciona mi realidad.

"usted está en la realidad que generan si acaso eso procesos termodinámicos y moleculares, lo cual es muy diferente."

Esa realidad es también nuestra realidad, insisto. Formamos parte de ella, ella nos sustenta, ella nos determina, ella nos guía y en ella hay que buscar cualquier posible explicación sobre nuestra causa o destino.

" en ese ESTAR HUMANO donde hay que poner el sentido de la vida humana"

De un modo subjetivo (lo que usted llama "estar como humano" en el mundo) cualquier idea o pensamiento sobre los posibles "sentidos de la vida", van a estar determinados mediante una programación instintiva (evolutiva) de dicta, determina y limita lo que usted va o no va a creer. De hecho, creerá lo que le consuele y le convenga, y no otra cosa: por eso cree usted en su Dios papi del amor y la justicia (a pesar de que millones de niños estén muriendo ahora mismo a causa de parásitos que literalmente le comen las entrañas), y no cree, por ejemplo, en un Dios menos agradable como un Dios Vengativo y Sádico (más acorde con los hechos que observamos en el mundo). No, Enric, lo subjetivo está determinado por nuestro origen objetivo, y si hay que buscar un verdadero sentido, debe ser precisamente en esa parte objetiva de nuestra realidad.

En fin, Enric. Se agarra usted a un clavo ardiendo para dar sentido al sinsentido religioso.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Samu.

Pero lo de menos aquí soy yo y los contenidos con que doy sentido a mi vida. Entiendo su argumentar ad hominen, y que le parezca una irracionalidad mi Dios, pero esa no es la cuestión importante que yo trato de poner sobre la mesa. Ya dije que es locura, y hablar de ella no es lo que pretendo. Y dicho de paso es falso que "Me esté agarrando aun clavo ardiendo para dar sentido religioso a mi vida” (¿¿??), no hablo desde mi locura y sus influencias para decir que la vida tiene sentido, antes al contrario, lo que digo sirve también para decir que la vida no tiene sentido. Sólo intento establecer donde “anida” el sentido o sinsentido de damos a la vida. El aparecer yo en escena, es como ejemplo PERSONAL de sentido de vida, y no como contenido del verdadero sentido de la vida. El contenido concreto de mi fe no lo uso en mi argumentación.

Usted dice que el hombre consiste "en heurísticos programados evolutivamente en su cerebro". (La palabra heurístico aquí me despista un poco, pero es igual", no hace falta que me lo explique tampoco). Sea eso, no entro en los inconvenientes de esa afirmación. Pues si es eso, "el sentido de la vida" es algo que tiene que ajustarse en parte a algunos de esos "programas evolutivos"; es algo respectivo a esos programas evolutivos.

Cualquier cosa que se diga del sentido de la vida al margen de estos programas evolutivos humanos, no puede ser "sentido de la vida". Si yo creyendo en X, no satisfago esos programas evolutivos, X, por mucho que sea algo que para un ente transcendente y suprarracional-objetivo debiera dar sentido a la vida, no sería sentido de vida alguno. Y a la inversa, por mucho que "nada hay que pueda dar sentido a la vida", y eso lo supiese y confirmase ese ente transcendente y supraracional-objetivo, si con X, esa parte de los programas evolutivos "dicen" que X da sentido a la vida, X es un sentido de vida.

sigo...

Anónimo dijo...

...sigo

Usted, parece que quiere que el "sentido" de la vida sea el sentido que estaría en los programas propios del saber y confirmación del ente transcendente y supraracional ese, o sea en una cierta visión de la ciencia que transciende y “ve” ya la misma realidad, el “ojo de Dios” o algo así. Pero eso es poner el sentido de la vida en un referente absurdo.

Fíjese, el propio Camus decía en el inicio del mito de Sísifo, "no conozco a nadie que haya dado su vida por el argumento ontológico" . Pues eso, que los que dan o han dado la vida por Dios, no sienten su sentido al modo de un argumento racional, lo dan pues tal vez, por decirlo a su modo, por seguir de algún modo los dictados de un programa evolutivo. Pues bien, aquello que permite ajustarse a ciertos dictados de los programas evolutivos al modo que por ejemplo un "yihadista siente con sentido su propia muerte al inmolarse" es a lo que habría que llamar "tener sentido de vida”.

lo subjetivo está determinado por nuestro origen objetivo, y si hay que buscar un verdadero sentido, debe ser precisamente en esa parte objetiva de nuestra realidad.

Bien, dice "NUESTRA" realidad , con lo cual interpreto que no se refiere a " realidad allende lo nuestro". De entrada, “NUESTRA realidad” no es lo mismo que realidad subjetiva, por eso habla de la ”parte objetiva” de “nuestra realidad”. Si acepta eso, lo que yo intento mostrar es que el sentido de la vida es algo que se siente como realidad “objetiva” dentro de NUESTRA realidad, dentro de la realidad propia de cada uno. Del mismo modo con el sinsentido, también éste, es “objetividad” dentro NUESTRA realidad. Por ejemplo, usted siente “objetivamente” dentro de su realidad que la vida no tiene sentido alguno, y más aún, que no puede tenerlo.

Nota: el usar la palabra “objetividad” no me parece correcto, o al menos no es de mi gusto. Al hablar de “objetividad” dentro de nuestra realidad yo usaría la palabra “conforme”, pues objetividad lo reservaría para un modo intelectivo de posicionarse diferente al “estar conforme con”.

Un saludo.

Samu dijo...

Enric, yo creo que hemos entrado en un círculo vicioso de respuestas. Cada uno tenemos nuestra opinión y creo que no vamos a cambiarlas de momento. Creo que lo lógico es cerrar el debate.

Pero antes de zanjar este asunto, me gustaría hacerte una última pregunta. Pero me gustaría que me la contestase resumiendo al máximo (usando como mucho tres o cuatro líneas de texto). La cuestión es:

Señor, Enric. Según su opinión personal, ¿por qué y para qué se da el fenómeno corriente en el mundo de que un niño nazca, viva unos años entre penurias para comer y beber, y que finalmente termine muriendo, con 5 ó 6 años, entre dolores a causa de que un parásito le come las entrañas hasta que lo mata?

Gracias.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Samu,

• Contestación breve (cosa casi imposible) y PERSONAL que me exige:

Para mí la realidad está llena del silencio de Dios. Tener fe en Dios significa tener confianza en qué Dios está anidando en ese silencio. En ese niño y en infinidad de otros males, yo siento en mí el silencio de Dios, no su falta, su silencio. Hago mía la frase de Jesús: “¿Por qué me has abandonado?” Jesús de Nazaret, tiene una actitud ante el mal que es de compasión y dolor, no toma una actitud nihilista, ni de indiferencia, ni toma actitudes como las orientales que consideran el mal una mera ilusión. El cristiano, que hace de la cruz icono de su existencia, piensa que Dios permite el mal pero carga con la responsabilidad de ello hasta el punto de ser afectado por la cruz. Yo doy sentido a ese silencio en mi modo de estar en el mundo, y por eso pienso que mi sentido del mal no tiene derecho a juzgar a Dios desde mi concepción y sentir moral y humano. Mi perspectiva humana es demasiado humana para saber cuál es “la perspectiva de Dios”. Es locura.
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•Una posible contradicción en usted:

Su nihilismo metafísico, versus su nihilismo moral.
Nada tiene sentido, según usted, todo es mero proceso automático y físico (algo externo a nuestro ESTAR) y argumenta también ese sinsentido desde un nihilismo moral (que sí es propio de NUESTRO ESTAR), ¿Por qué el dolor y el mal gratuito?
De lo primero, el nihilismo metafísico, se deriva, como hacen los budistas, que el dolor es mera ilusión, luego haciendo de la necesidad virtud…qué más da lo que le pase a ese niño, que importa si las moléculas de ese niño se organizan de manera que provocan dolor y muerte, o felicidad y dicha…total son meras moléculas siguiendo procesos físicos sin sentido.Sea lo que sea, emborrachémonos y vayamos a follar hasta morir, lo mismo da X que Y, y como lo mismo da, ante ese niño que muere así yo prefiero reír, otro llorar y a otro tal vez le den ganas de fornica, fumarse un porro o tomar un vodka…

Pero como no podemos escapar de nuestro estar muchos no podemos no razonar así de fácil, que es el modo correcto de razonar y ser objetivos ante lo que hay. Otros no tenemos tanta capacidad racional objetiva y siguiendo los dictados absurdos de la evolución sentimos el nihilismo moral con perplejidad.
Nihilismo que viene a decir: eso que le pasa a ese niño, más si fuera mi hijo, es el grito más impelente y absurdo que uno puede sufrir dirigiéndolo a los cielos, sabiendo que nadie escucha y nadie hay “detrás” de esos cielos, pero heme aquí gritando como sí si los hubiera. ¡Es tan absurdo que la materialidad física se dirija a un cielo que no existe! Es un grito que paradójicamente deja al margen nuestra “racionalidad objetiva”, al borde de camino, a las afueras del hecho central de nuestra existencia y realidad, negando irracionalmente la verdad del sinsentido metafísico. Bien, yo, PERSONALMENTE, esa sinrazón la hago razón de mi existencia.

Le propongo dos videos:

Un poema de Walt Wiltman, donde muestra claramente, creo yo, la diferencia entre la realidad allende nosotros y nuestra realidad:

https://www.youtube.com/watch?v=RBUsTJIW3bE

Y un creador de videos que da su visión del sentido de la vida, como otro ejemplo personal diferente al mío:

https://www.youtube.com/watch?v=8kRcLO5oor0

Un saludo.

Samu dijo...

Enric, le agradezco su sincera respuesta. Me imagino que no es necesario que le repita una vez más mi opinión ante su postura. Ya sabe que eso del silencio de un "padre" que ve como su hijo sufre sin hacer nada realmente me parece una locura como usted dice. Y que prefiero no creer en nada, a terminar creyendo locuras o sinsentidos.

Por otra parte, sus palabras me han recordado un pasaje de una novela de (precisamente) Albert Camus titulada "La peste". Si aún no la ha leído, se la recomiendo fervientemente. Es una obra maestra (en mi modesta opinión). Puede encontrarla en internet, por ejemplo aquí: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/camus/peste.pdf (aunque es uno de esos libros que merece la pena tener en papel).

El pasaje del que le hablo en concreto es el siguiente (sería ideal leerla en su contexto, por eso le recomiendo que lea la novela entera):

"Todos esperaban. El niño, con los ojos siempre cerrados, pareció calmarse un poco. Las manos que se habían vuelto como garras arañaban suavemente los lados de la cama. Las levantó un poco, arañó la manta junto a las rodillas y de pronto encogió las piernas, pegó los muslos al vientre y se quedó inmóvil. Abrió los ojos por primera vez y miró a Rieux que estaba delante de él. En su cara hundida, convertida ya en una arcilla gris, la boca se abrió de pronto, dejando escapar un solo grito sostenido que la respiración apenas alteraba y que llenó la sala con una protesta monótona, discorde y tan poco humana que parecía venir de todos los hombres a la vez. Rieux apretó los dientes y Tarrou se volvió para otro lado. Rambert se acercó a la cama junto a Castel, que cerró el libro que había quedado abierto sobre sus rodillas. Paneloux miró esa boca infantil ultrajada por la enfermedad y llena de aquel grito de todas las edades. Se dejó caer de rodillas y a todo el mundo le pareció natural oírle decir con voz ahogada pero clara a través del lamento anónimo que no cesaba: "Dios mío, salva a esta criatura."

Tengo que confesar que cuando leí este párrafo del libro (en su contexto), literalmente me harte de llorar. Ha sido la primera vez (y la última, por ahora) que un libro consigue emocionarme hasta el punto de hacerme llorar.

Y para finalizar por mi parte este debate; recordarle (por si no le ha quedado claro, aún :P), que en mi opinión, creer ciegamente en un Dios padre que permanece en silencio ante cosas como las que se relatan en esa novela (y ante todo lo que ocurre en el mundo), es creer en el mayor sadismo que la mente humana pueda imaginar.

Un abrazo, amigo.

P.D. A pesar de nuestras diferencias, también quiero que sepa que es un placer que alguien como usted siga mi blog.

Anónimo dijo...

Un placer, Samu, como siempre.

Unknown dijo...

La espiritualidad es lo único que no responde a la ley de causa y efecto . Si nada tiene sentido que hacéis aquí dialogando sobre todo esto ? ...adoro la dualidad del sinsentido qie deseáis espiar pero hay cosas que las palabras jamás podrán. Los límites de vuestro mundo son los límites de vuestros lenguajes Más sin embargo esa digna consciencia quebrantada sigue atada ( al abrigo del antiguo pacto ) a un yo maestro que os acerca más a la respuesta ... mas sin embargo experimnentais que estan fuera, y continuan buscando el cielo cuando ya estan en el , y esa.no es otra que detrás del concibiendo conocimiento. seguirá encontrando más conocimiento .Me complace que miren hacia arriba buscando el cielo cuando ya están en el. ( repito )

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